Al restaurante boutique La Trueca no es necesario que vayas con dinero. Eso sí, deberás traer una antigüedad que puedas ‘truequear’ con Manuel Salazar su propietario.
Si eres coleccionista debes saber que los tesoros que lleves también puedes intercambiarlos con alguno de los objetos que llenan las paredes de este singular establecimiento. “Aquí todo lo que ves está en venta, es una pequeña galería de arte”, asegura el comunicador social con alma de comerciante de arte.
Si las dos primeras opciones te gustaron, también debes saber de una tercera vía que hace de este local único en Quito y seguramente en Ecuador. Si necesitas liquidez, para sus exquisitas alitas de pollos, sus cervezas artesanales o bien para pagar el recibo de la luz, puedes también dejar a consignación un objeto antiguo hasta que se venda.
Iniciativa
“Esta iniciativa surge de la coyuntura en la que vivimos, el año pasado había una enorme falta de liquidez y pensé que tenía que subsanarlo de alguna manera, ofrecer una alternativa para aquellas personas que no podían puntualmente gastar dinero. De ahí surge la idea”, reflexiona Salazar en un asiento del restaurante.
La Trueca se encuentra en un local que da a un precioso patio colonial en la calle Junín, en el colorido barrio San Marcos. Predominan los objetos que remiten a un pasado no tan lejano, a la sociedad quiteña de la primera mitad del siglo XX. Hay relojes de bolsillo, cuberterías antiguas, maletas de piel, también hay cestas de mimbre, y cornetas y dos grandes ruedas de madera. También espejos, marcos sin cuadros, cuadros sin marcos, estampas, máquinas fotográficas y demás enseres de un tiempo ya extinto.
Integración cultural
Pero el restaurante es mucho más que eso. Tiene una vocación barrial, de integrar el arte en la sociedad. “Desde este taller y por extensión desde la Asociación Turística de San Marcos proponemos un arte no elitista, acudir a la cultura desde la raíz, que se entienda como una necesidad básica, el arte debe ser un vaso comunicante entre la ciudadanía”, reflexiona el promotor cultural.
Es por eso que su local funciona como una suerte de punto de encuentro donde acuden artistas, vecinos, artesanos o músicos para desarrollar propuestas comunitarias. Hasta ahí acuden semanalmente miembros de la asociación Full Deaf Quality, que son sordos, también de otras organizaciones sociales. Todos orquestan las puntuales visitas de turismo comunitario o bien realizan mercado de antigüedades los sábados (ahora mismo por el tema de las lluvias).
El arte parece estar impregnado en todo el edificio. En cuanto a la comida, La Trueca ofrece una amplia carta de picaditas, con alitas de pollo, ceviches, quesos y embutidos. También hay que destacar su amplia carta de cervezas artesanales y combinados. Los fines de semana se preparan platos especiales. Sin lugar a dudas un lugar para alimentar el cuerpo y el alma. (MAP)
El Dato
Restaurante La Trueca, calle Junín y Ortiz. Atiende de Lunes a viernes de 10:30 a 22:00, sábados de 10:30 a 24:00.
