Gobierno de Colombia y FARC callaron los fusiles

Callaron los fusiles
PACTO. Con un apretón de manos el Presidente de Colombia y el jefe de las FARC, antiguos enemigos, celebraron la firma del acuerdo. Observan el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, Raúl Castro y el ministro noruego de Exteriores, Borge Brende. (AFP)

Después de 52 años, Santos y ‘Timochenko’ acuerdan el fin de la guerra.

LA HABANA, AFP-EFE

El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sellaron ayer un histórico acuerdo de cese al fuego y desarme bilateral y definitivo, un paso crucial hacia el fin del conflicto armado más antiguo de América.


“Hoy es un día histórico para nuestro país: después de mas de 50 años entre muertes, atentados y dolor hemos puesto un punto final al conflicto armado con las FARC”, dijo el presidente Juan Manuel Santos, quien desde que asumió el poder en 2010 impulsa la paz esa guerrilla.


“Que este sea el último día de la guerra”, afirmó por su parte el jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez, ‘Timochenko’, líder de la guerrilla desde 2011, quien encabezó junto con Santos el acto de firma del acuerdo en la capital cubana, sede de las negociaciones desde noviembre de 2012.


Celebración en Colombia


En el centro de Bogotá, frente a una pantalla gigante donde centenares de personas seguían el acto de La Habana, Camilo González, exfuncionario de Gobierno, lloraba de emoción.


“Ha sido un recorrido dramatico… millones y millones de victimas, de desplazados, de luchas, de sueños que ha sido truncados, pero yo creo que hemos llegado al momento de la esperanza”, dijo.


“Estoy exultante, estoy muy, muy contento, estoy en vibración de alta, alta categoría”, dijo el primer Presidente de Colombia en buscar la paz con las FARC, Belisario Betancur (1982-1986).


Último intento


Este es el cuarto intento de sellar el fin de la guerra con las FARC, surgidas de una sublevación campesina en 1964, luego de tres fracasos: en 1984, con Betancur, y en 1992 y 1999, con los presidentes César Gaviria y Andrés Pastrana, respectivamente.


El conflicto colombiano ha involucrado durante más de cinco décadas a guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, con un saldo de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.


23 zonas


Uno de los puntos más importantes y sorpresivos del acuerdo es la aceptación de ambas partes del mecanismo de validación del pacto final de paz que avale la Corte Constitucional. Actualmente el alto tribunal debate la constitucionalidad de un plebiscito para refrendar ese acuerdo.


En el documento, los negociadores llegaron a un consenso en tres puntos: “cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y dejación de armas”, “garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales (…) que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz” y “refrendación”.


Para esto, decidieron establecer 23 zonas de concentración de guerrilleros para su progresiva reintegración a la vida civil, a la cual se incorporarán “sin armas y de civil”. Estas zonas “no pueden ser utilizadas para manifestaciones de carácter político”, especificaron.


Hoja de ruta


En cuanto al proceso de dejación de armas, se comprometieron a elaborar una hoja de ruta que “a más tardar a los 180 días luego de la firma del acuerdo final haya terminado el proceso de dejación de armas”.


El monitoreo y verificación del fin del conflicto quedará a cargo de integrantes la fuerza pública de Colombia y de las FARC, y de un componente internacional “con observadores no armados de la ONU”, principalmente representantes de países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), indicaron.

Acuerdo final en Colombia


Aunque las partes no anunciaron cuándo se llegará al acuerdo final, Santos sí anunció que se firmará en Colombia.


“El acuerdo final lo firmaremos en Colombia”, dijo el mandatario, que estimó que el diálogo de paz podría concluir el 20 de julio, fiesta nacional de Colombia.


Sin embargo, ‘Timochenko’ se había mostrado menos entusiasta que Santos al advertir que la paz solo sería posible si los negociadores del Gobierno “aprovechan los últimos minutos para conseguir lo que no han podido en cuatro años de debate”.

Callaron los fusiles
ALEGRÍA. Cientos de personas se reunieron en las calles de las ciudades colombianas para celebrar el acuerdo. (EFE)

El conflicto no termina


La paz con las FARC no significará empero terminar el conflicto armado en Colombia, donde aún resta alcanzar un acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla activa, y terminar con las bandas criminales remanentes de grupos paramilitares desmovilizados hace una década.


“Creo que la actividad del ELN sobre todo y ‘bacrim’ (bandas criminales) hace que todavía no se pueda hablar de un fin completo del conflicto armado. Será el fin del conflicto armado más importante de Colombia, pero no de todos”, opinó Kyle Johnson, del International Crisis Group en Colombia.

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TESTIMONIO. En la Plaza de Bolívar en Bogotá, bajo la estatua del héroe, y frente al edificio del parlamento, una corona fúnebre señala: ‘Adiós a la guerra’. (EFE)

Ecuador celebra


El canciller de Ecuador, Guillaume Long, expresó su “alegría” por la firma de un acuerdo sobre el cese al fuego definitivo entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC.


“Gran alegría por cese al fuego entre Gobierno colombiano y FARC”, indicó el diplomático a través de su cuenta en la red Twitter.


“Acompañemos paz de Colombia, de América Latina y de todos. Felicitaciones!”, agregó.


Ante el acuerdo


‘La paz está herida’: Uribe

El expresidente Álvaro Uribe Vélez criticó nuevamente los puntos en los que se ha mostrado en desacuerdo en ocasiones anteriores, sobre un acuerdo con las FARC.


“La palabra paz queda herida con la aceptación de que los responsables de delitos de lesa humanidad como secuestro, carros bomba, reclutamiento de niños y violación de niñas no vayan un solo día a la cárcel y puedan ser elegidos a posiciones públicas”, recalcó.


Así mismo, se mostró en contra que las FARC tengan condición de “socio del Estado” para combatir a otros criminales en el país a partir de la firma final del acuerdo de paz.


Según Uribe, “estos premios al delito generan nuevas violencias. ¡ Qué decir a los miles de presos con delitos menos graves que los de FARCy que además de la privación de la libertad no pueden ser elegidos, qué decir a quienes han perdido por siempre los derechos políticos, qué decir de los paramilitares, creados por la guerrilla y la falta de autoridad, que por delitos igualmente graves fueron a la cárcel o se extraditaron!”.