Fiestas de Quito: Quito alberga a migrantes de más de 150 nacionalidades extranjeras

UNIDOS. Los venezolanos protagonizan la última oleada migratoria importante que ha llegado a la ciudad.
UNIDOS. Los venezolanos protagonizan la última oleada migratoria importante que ha llegado a la ciudad.

La capital es una ciudad cosmopolita donde residen más del 60% de los foráneos que están en el país.

En los últimos 27 años, desde 1990 hasta la fecha, la ‘Carita de Dios’ pasó de ser una ciudad que albergaba mayoritariamente a la migración interna, a ser un sitio de tránsito y residencia de personas procedentes de todas las latitudes del planeta. Asiáticos, sudamericanos, centroamericanos, europeos, australianos y hasta africanos conforman los más de 40.000 extranjeros que residen legalmente en la urbe. En 1990, esta cifra no superaba las 10.000 personas.

La comunidad más numerosa sigue siendo, desde hace más de 10 años, la procedente de Colombia. “Vine desde el Quindío junto con toda mi familia, huyendo de la violencia como muchos de mis compatriotas. Quito es una ciudad buena para vivir y montar un negocio”, comentó Alberto Umaña, dueño de una panadería en el norte de la ciudad.

ESFUERZO. Muchos llegan a Quito para encontrar una manera de ganarse la vida.
ESFUERZO. Muchos llegan a Quito para encontrar una manera de ganarse la vida.

El Dato
A principios del año 2000, Quito tenía migrantes procedentes de aproximadamente 60 países.
Comercio al por mayor y menor, manufactura y servicios de comida y alojamiento son las principales actividades de los colombianos que viven en la capital. “Todavía hay ciertos prejuicios sobre los extranjeros, pero la mayoría de quiteños nos tratan con respeto y saben que venimos a contribuir al desarrollo con nuestro trabajo honesto”, señaló Umaña.

Ciudad solidaria

Además de los residentes formales, Quito también acoge a la mayoría de refugiados y migrantes por crisis económicas y desastres naturales. Este es el caso de la creciente llegada en los últimos años de personas procedentes de países como Venezuela, Haití y Cuba.

Según Lilia Granja, directora nacional de Asylum Access Ecuador, hay aproximadamente 35.000 personas en condición de refugio o en trámite de obtenerla, en el área urbana de la ciudad, y 9.000 más en las partes rurales.

“Quito se ha convertido en una auténtica ciudad cosmopolita. Esto puede generar conflictos, pero sobre todo abre las puertas a múltiples potencialidades. La cultura, la economía y las relaciones sociales se enriquecen con gente de diferentes procedencias y visiones del mundo”, añadió Granja.
Según la Organización Civil Venezolanos en Ecuador, al menos 28.347 personas de ese país han llegado a la ciudad en los últimos años. No todos se quedan aquí, en muchos casos, luego de un tiempo se trasladan a otros sitios de Ecuador.

Aquellos entran en la categoría de migrantes económicos, que tienen título universitario y experiencia laboral. “La crisis, la escasez de alimentos y la devaluación del bolívar nos han obligado a salir de nuestro país. No venimos a quitarle el trabajo a los ecuatorianos sino en busca de oportunidades para darle una vida digna a nuestra familias”, aseveró Maricarmen Landeta, arquitecta que por el momento labora vendiendo pedazos de pastel en la calle.

COMERCIO. En los buses se ve a muchos que dicen que vienen de otro país y que les compren sus productos.
COMERCIO. En los buses se ve a muchos que dicen que vienen de otro país y que les compren sus productos.

En un inicio le hicieron lugar de paso

En menor número que colombianos y venezolanos, otros migrantes que van llegando a la ciudad en forma creciente en los últimos años son los cubanos y los haitianos. En estos casos, el plan original no era quedarse a residir en la ciudad sino usarla como lugar de paso hacia otros países como Estados Unidos o Brasil.

Sin embargo, algunos de ellos terminaron casándose y encontrando trabajo aquí. Este es el caso de Lecny Pierre, haitiano de 34 años, quien lleva más de 5 años en la capital. Labora en una empresa de construcción. Vive junto a su esposa e hijo de 2 años. “Aquí hay que trabajar duro, pero se puede salir adelante”, manifiesta. (JS)

ILUSTRACIÓN. Mapa de Quito realizado por Jorge Juan y Antonio de Ulloa, siglo XVIII.
ILUSTRACIÓN. Mapa de Quito realizado por Jorge Juan y Antonio de Ulloa, siglo XVIII.

De otros lados

En 1990, los peruanos no aparecían en las estadísticas de migrantes a la ciudad; sin embargo, en los últimos años han comenzado a llegar en buen número. En su gran mayoría se dedican a labores informales de comercio.

Asimismo, entre los países sin una tradición migratoria anterior a Ecuador, como Nigeria, Ghana, Camerún, Pakistán, Afganistán, Irán, India, Ucrania o Bangladesh se han comenzado a hacer notar en las calles y comercios de Quito.

ARCHIVO. Carrión, durante una entrevista previa con La Hora.
ARCHIVO. Carrión, durante una entrevista previa con La Hora.

Si sobre algo ha estudiado Fernando Carrión es sobre ciudades. Y si hay otro tema que le apasiona, son las migraciones. Para él, las migraciones siempre han existido, pero es un fenómeno que se ha incrementado en los últimos años.

Según sus cifras, entre el 7% y el 8% de la población del mundo vive en un lugar distinto al que nació. “Estas cifras no eran tan significativas a finales del siglo pasado”, aclara. Quito, entonces, se enmarca en esta realidad mundial.

¿Desde hace cuánto se ha masificado la presencia extranjera en Quito?

En el cambio de siglo, por la crisis del 99 y 2000, hubo una salida masiva de personas, que se estimó en, más o menos, el 20% de la población. De aquella época para acá, el país se ha convertido en receptor de migración.

Entonces, ¿el dólar ayudó en este proceso?

Son varias causas. Una, el conflicto que ha vivido Colombia y que, a partir del Plan Colombia, se produjo el ‘efecto globo’. Son datos un poco modificados aún, pero se estima que hay unas 500.000 colombianos viviendo en el país, y alrededor de 70.000 en calidad de refugiados. Se estima, además, que el 48% de los colombianos vive en Quito.

Pero no todos los inmigrantes son colombianos…

Un segundo grupo son los cubanos, principalmente por la apertura que se tuvo en Cuba para que haya salida de personas. Ecuador fue un punto de embarque hacia Estados Unidos, por un lado, y por otra parte, gente que venía, compraba cosas aquí y llevaba a Cuba. Un tercer grupo es el de haitianos. Principalmente, por los problemas que ha tenido con la naturaleza. Primero el terremoto y luego los huracanes. Y el último grupo migratorio, que es, básicamente de este último año, son los venezolanos, que vienen por la crisis interna de su país.

Con todo este contexto, ¿considera que Quito se puede llamar ya una ciudad cosmopolita?

Según datos del INEC, en el año 2000, cuando se hizo el Censo, se estimó en poco más 62 nacionalidades que habían entrado al país. Y para el año 2010, en el siguiente censo esta cifra subió a 170 o 172 países. Si esto es así, Ecuador se ha internacionalizado por la inmigración y la emigración. Ahora, lo que ocurre es que la mayor cantidad de esa población está localizada en Quito. Supera el 40% de los inmigrantes los que están en la capital. Entonces, sí es una ciudad cosmopolita.

¿Pero somos una ciudad incluyente?

El mismo hecho de la presencia de grupos migrantes ha conducido a que pase lo que siempre pasa, se han desarrollado prácticas racistas, nacionalistas y xenofóbicas. En algunos casos, Quito ha sido una ciudad bastante solidaria. Pero en otros no. Por ejemplo, si uno mira una encuesta, el 47% de quiteños no quiere vivir al lado de colombianos. Y sobre el 50% no quiere ser vecino de haitianos.

¿Qué pasos podemos dar como ciudad y como sociedad para que esto mejore?

Quito, al estar situada en la mitad del mundo, que es una ventaja que la geografía nos ha dado, debería construir las condiciones de competitividad, como para posicionarse como incluyente. (ASC)