El voto de los jóvenes

El voto de los jóvenes
El voto de los jóvenes

Por: Ana Belén Cordero

Analista Política

La población comprendida entre los 16 y los 30 años de edad constituye aproximadamente el 35% del padrón y aquello no es poca cosa. Dentro de este rango, existe el segmento de los votantes entre 16 y 18 años, quienes tienen el voto facultativo, representando, aproximadamente, el 5% del padrón electoral.


Con los jóvenes, quienes tranquilamente podrán quedarse en sus casas sin salir a votar, el trabajo de los candidatos debe ser aún más complejo porque implica dos ejercicios de comunicación política. El primero: lograr atraer y conectar con ese segmento apático sumergido en las redes sociales, el deporte y el entrenamiento. El relato político es primordial para que, una vez convencidos de la importancia de la participación ciudadana en procesos electorales, dar paso al segundo ejercicio de comunicación política, que es atraerlos con la idea del proyecto de país propuesto por el candidato.

Este ejercicio no ocurre con el segmento comprendido entre 18 y 30 años, en el cual el primer paso de convencer al ciudadano de que salga a votar se pasa por alto, debido a la obligación de asistir a las urnas.


Aproximadamente, 76% de estos jóvenes utiliza una computadora y 72% de jóvenes entre 16 y 34 años tiene un teléfono inteligente. Esta cifra es decidora en cuanto a cómo llegar a este segmento.


En términos de comunicación política, este segmento (16-20 años) debe diferenciarse claramente de aquel comprendido entre los 20 y los 30 años, donde el mensaje cambia mucho.


A los jóvenes entre 16 y 20 años les preocupa el acceso a la universidad, el pasaje de bus, las opciones de becas y el financiamiento educativo, las oportunidades de esparcimiento y la oferta cultural, musical y deportiva que les pueda brindar su provincia o su ciudad. Mientras que a los jóvenes comprendidos entre 20 y 30 años la oportunidad de un empleo estable, la facilidad para emprender su propio negocio, el acceso a financiamiento y becas de estudios de cuarto nivel son algunas de sus preocupaciones.


Otro tema que preocupa y que se encuentra en la mente del elector joven es el empleo. Vemos a un candidato como Guillermo Lasso (CREO), que ha propuesto ya un plan de empleo juvenil planteando un salario dual. Respecto a este tema el candidato Paco Moncayo, de la ID, ha propuesto aplicar una modalidad de primer empleo más allá de las pasantías y abaratar los costos de las computadoras e insumos para el estudio.


Del otro lado, el candidato de Gobierno, Lenín Moreno, canceló el domingo pasado el festival ‘Jóvenes junto a Lenín’, de las agrupaciones que conforman el Colectivo Nacional de Organizaciones Políticas, tema que es muy decidor en términos de comunicación política. En cuanto a sus propuestas para este segmento electoral poco se ha podido escuchar dentro de la escasa aparición en medios y eventos públicos del candidato.


Definitivamente, gran parte de esta elección deberá contar con un relato político que apele a las emociones del electorado joven y logre interconectar fuertemente con este 35% del votante que ha vivido 10 años de un modelo de Gobierno y deberá decidir si lo mantiene o busca dentro de las demás opciones electorales un cambio de modelo a la hora de hacer política y dirigir un país.