Baltasar Garzón visita Ecuador en semana crucial para Assange

Garzón llega al país en momentos en que Ecuador gestiona las nuevas condiciones de asilo de Assange en materia de visitas y comunicaciones. Foto: Archivo AFP
Garzón llega al país en momentos en que Ecuador gestiona las nuevas condiciones de asilo de Assange en materia de visitas y comunicaciones. Foto: Archivo AFP

Quito, EFE

Baltasar Garzón, abogado internacional del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, visitará Ecuador esta semana para participar en un congreso internacional sobre derechos humanos en la ciudad de Ambato, en una semana crucial para el activista.

Garzón llega al país en momentos en que Ecuador gestiona las nuevas condiciones de asilo de Assange en materia de visitas y comunicaciones, y dará una conferencia en el III Congreso Internacional de Ciencia, Sociedad y Universidad, que se celebra en la Pontifica Universidad Católica de Ecuador Sede Ambato (PUCESA) entre mañana y el viernes.

El exmagistrado español hablará sobre «La lucha contra la impunidad», conferencia en la que abordará el papel de la universidad y el reto de los derechos humanos y, posteriormente, participará en un conversatorio sobre Latinoamérica.

Aunque no está previsto que aluda en su conferencia al caso preciso de Assange, el abogado ecuatoriano Carlos Poveda, del equipo local de defensa del activista, confirmó a Efe que Garzón dará una rueda de prensa en Quito el viernes.

La llegada de Garzón a Ecuador se produce en momentos en que el Gobierno ecuatoriano gestiona las nuevas condiciones de asilo del fundador de WikiLeaks, a quien cortó la conexión a internet en marzo a raíz de varios pronunciamientos de carácter político por redes sociales, entre ellos sobre Cataluña.

Según un documento que circula por internet, que no ha sido confirmado aún por el Gobierno ecuatoriano, a Assange se le devolverá la posibilidad de tener conexión wifi bajo el compromiso de que acatará «escrupulosamente las normas convencionales y consuetudinarias del asilo diplomático».

Y precisa, entre otras, «la prohibición de realizar actividades que pudieran ser consideradas como políticas y de interferencia en los asuntos internos de otros Estados», con pena de perder su condición de asilado.

WikiLeaks anunció el domingo en su cuenta de Twitter que se le ha devuelto internet al australiano, aunque por el momento la medida no se ha hecho efectiva.

El documento ha sido dado a conocer por la página en internet «Código vidrio», del periodista ecuatoriano Arturo Torres, en un artículo titulado «Julian Assange, entre la espada y la pared», por la presunta rigidez de las condiciones.

Entre otras, asevera que a Assange, asilado en la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012, le ha sido entregado un documento de diez páginas que establece un nuevo régimen de visitas.

«Deberá solicitar previamente una autorización dirigida por escrito al jefe de la embajada de Ecuador en Londres», dice el documento entre otras medidas.

También define las condiciones de salubridad del entorno en el que vive el activista -después de críticas surgidas hace meses contra él- y le exige encargarse del «aseo y cuidado adecuado de su mascota», un gato.

«Si no se prestara la atención debida a la mascota, el jefe de la misión solicitará a Assange que la entregue a otra persona o a un refugio de animales fuera de la misión diplomática», señala el texto.

Esta semana, además, la Asamblea Nacional debe analizar una petición de la asambleísta Paola Vintimilla para que se retire la condición de «reservados» a todos los documentos relacionados con el proceso de nacionalización de Assange en diciembre pasado.

Ecuador trató entonces de concederle estatus diplomático para que pudiera salir del Reino Unido, aunque este país se negó a esa posibilidad.

En ese proceso, Garzón aparece como firmante de una declaración en la que Assange «de libre consentimiento» pone fin a su condición de asilado.

La defensa del activista ha advertido hace unos días que iniciará acciones legales contra el canciller ecuatoriano, José Valencia, por haber entregado ese y otros documentos a la asambleísta, violando así la condición de «reservados».