Aclimatarse es vital en las alturas

Estás ascendiendo un hermoso volcán, luce el sol, las vistas son espectaculares, tus piernas responden mejor de lo que esperabas y de repente… Aparece un invitado no deseado: el soroche o mal de altura.

Básicamente se trata de un efecto en el organismo provocado por la disminución de oxígeno en el aire que se produce a partir de los 2.500 metros de altura. Los principales síntomas son mareo, dolor de cabeza, agotamiento físico, falta de apetito e incluso náuseas y vómitos.

Para prevenirlo es importante una buena aclimatación a la altura, caminar lento, estar siempre muy bien hidratado y con suficientes reservas de hidratos de carbono y azúcares. En el momento que aparecen los primeros síntomas hay que parar el ritmo y seguir hidratándose y nutriéndose. Normalmente desaparece, es temporal, pero en el caso de que persevere hay que descender a cotas más bajas para evitar situaciones más graves.

Siempre que se realicen ascensiones es muy importante llevar suficiente comida rica en hidratos de carbono y grasas, como frutos secos, chocolate u otra clase de dulces. También hay que llevar como mínimo dos litros de agua. El equipo de media montaña impermeable también es de vital importancia para mantener el calor corporal, así como gorro, gafas de sol contra los rayos UV y bloqueador solar. (MAP)