SAN GABRIEL.
En San Gabriel, 12 parejas decidieron casarse en simultáneo en la Iglesia Matriz. Se trata de personas que se casaron años atrás por lo civil, pero no lo habían realizado por la iglesia.
Son hogares que tienen hijos y familias estructuradas, pero que por diversos motivos no habían celebrado este acto cristiano, para concretar su unión.
Rumbo al altar
Unos luciendo vestidos blancos y trajes obscuros, otros en cambio con vestuario informal llegaron al altar, en medio de una evidente ilusión y la satisfacción de sus entornos familiares que ven como positiva esta autodeterminación.
Se trata de hombres y mujeres de diferentes edades, condición social y distintas profesiones u oficios, que decidieron unirse en oración, dejando entrever que para tomar este tipo de acuerdo nunca es tarde.
Minutos antes, el nerviosismo se apoderó de ellos. Los ramos de las novias por poco se confunden. No faltaron los consortes, que a pocas horas de iniciar la ceremonia se animaron a tomar la decisión.
Día inusual
Al final, el ingreso de los contrayentes al templo -varios con muchos años de casados- puso la nota emotiva a este acto litúrgico, que no se realizó durante un fin de semana como usualmente suele programarse, sino el pasado jueves en la noche.
Los padrinos, la marcha nupcial, las fotografías, los familiares y amigos, todos impecablemente vestidos, complementaron esta boda que se extendió por más de una hora y media con un templo totalmente lleno.
Motivadora eucaristía
Durante la motivadora eucaristía, concelebrada por el padre Aníbal Días, párroco de la Iglesia Matriz, los conyugues escucharon la frase: “lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe”.
El padre Aníbal Díaz, recordó durante la homilía que nunca es tarde para encontrase con el Señor. “Cuando hay fe y ganas se puede llegar al matrimonio eclesiástico sin necesidad de dinero”, haciendo alusión a esta alianza nupcial que se ofrece gratuitamente una vez por año.
Silvio Burbano y Gloria Higuera, una de las uniones que protagonizaron este sacramento dijeron sentirse felices, porque ahora podrán comulgar y han cumplido con la voluntad de sus hijos, que era unirse a Dios.
Fernando Santos, funcionario público, uno de los padrinos, comentó que el pedido hecho por la pareja a la que acogió para cumplir con este juramento, le tomó por sorpresa, más aún cuando no hubo ningún tipo de condicionamiento y porque el cortejo se realizaba de forma grupal.
Estos actos de fe buscan fortalecer la relación familiar y enfrentar el alto índice de divorcios que se registran en el Ecuador. Según el Instituto Nacional de Censos y Estadísticas (INEC), en el 2004 hubo 11.251 divorcios, mientras que en el 2013 se incrementó a 21.122. (CMRV)