La historia de ‘Mama Lucha’

Comerciantes. Ellos prefieren no dar ninguna información de Luz Endara.
Comerciantes. Ellos prefieren no dar ninguna información de Luz Endara.

Marta, uno de los cinco hijos de Luz María Endara, alias «Mama Lucha», dijo que su madre fue fuerte de carácter hasta sus últimos días y que no cambió.

Con sus palabras dejó en claro que con Lucila Endara se cumplió el proverbio: «genio y figura hasta la sepultura». De ella se dirán muchas cosas en los próximos años, como de otros personajes que tras una vida tormentosa se convirtieron en leyenda. Así: el «Águila quiteña», «El Chico silencio», «Tom Mix», “Hermosa”, entre otros. Se han dicho varias cosas de ellos, muchas exageradas, haciendo que estos personajes se mantengan vigentes.

‘La patoja Laura’

Manuel Reyes dijo que Lucila Endara comenzó a sonar fuerte cuando vivió en el sector de la Necochea. «Era un terreno bien grande y las habitaciones eran lo que se conoce como media agua».

Con ella vivía una prostituta que le conocían como «la patoja Laura». De avanzada edad, esta mujer cobraba a sus clientes la suma de 10 sucres por cada relación sexual.

Por increíble que parezca, los clientes de «la patoja Laura» eran jóvenes y también adultos. «A los muchachos nos llevaban allí para que nos desgorremos», aseguró.

Lucila Endara le arrendaba una habitación a «la patoja Laura», a quien también le daba las tres comidas diarias. Era la década de los 80, cuando sus familiares comenzaron a hacer las primeras travesuras, como ser «paveadores» (robo de las cosas que llevan en los baldes las camionetas).

Cuando la gente le reclamaba por el comportamiento de sus familiares, especialmente sobrinos, en sus años mozos doña Lucila Endara se ponía brava y con un carajazo les hacía prácticamente volar.

Pero su nombre no había todavía trascendido, porque en la práctica, no era de las que hacían daño. De la Necochea se fue a vivir a la hacienda San Luis, ubicada en la parte posterior de El Panecillo, al sur de Quito.

Lucila Endara de a poco se fue ganando fama de dura, porque no le gustaba perder. Se vio involucrada en varias peleas personales que no fueron tomadas en cuenta por los medios de comunicación.

Los políticos

Se cree que el despegue de Lucila Endara se dio cuando el binomio Gustavo Herdoiza y Fabián Alarcón le propuso que inaugurara un comité político en apoyo a sus candidaturas para alcalde y prefecto, respectivamente.

«Los políticos le buscaron porque ella con su braveza se había ganado su liderazgo, especialmente en barrios como Los Dos Puentes, El Panecillo, La Colmena y San Roque que daban miles de votos», dijo José Ulloa, ex morador del barrio La Colmena. Herdoiza y Alarcón ganaron las elecciones y con ello vino el apogeo de Lucila Endara.

El negocio de los mercados

Quienes conocieron a Lucila Endara dijeron que el verdadero poder le llegó cuando le permitieron ingresar a los mercados. Primero formó una asociación de comerciantes, la misma que tenía su centro de operaciones en el Centro Histórico de Quito.

Como las calles eran un mercado ambulante, a la brava «Mama Lucha» impuso su política. Por el ‘permiso de funcionamiento’ de un puesto de apenas dos metros en la vía pública, llegó a cobrar hasta 10 mil sucres.

Pero no todo fue color de rosa. Un día, cientos de comerciantes del sector del mercado Ipiales se levantaron con palos, garrotes y piedras y estuvieron a punto de lincharle.

En aquella ocasión alcanzó a llegar hasta el Palacio de Gobierno y fue auxiliada por varios militares. Comenzó a comprar bienes, entre ellos casas y vehículos, pero ella siempre negó ser millonaria, dijo que eran inmuebles de sus hijos y familiares.

El principio de la caída

Sin lugar a dudas, el principio de la caída de Lucila Endara llegó en la época del presidente Sixto Durán Ballén, cuando era ministro de Gobierno, Xavier Ledesma.

En el mercado de Santa Clara, un joven de apellido Unapucha, cuyo padre había sido asesinado, se le acercó y le infringió a ‘Mama Lucha’ dos heridas con arma blanca. Fue llevada al hospital Militar, donde los galenos lograron salvarle la vida.

Ledesma ordenó a la Policía realizar una profunda investigación sobre las denuncias en contra de Endara y el ataque que recibió. Luego de pocos días fueron presentados cerca de 60 ciudadanos, todos miembros de la banda de ‘Los chicos malos’, supuestamente ligados a ‘Mama Lucha’.

Estuvo varios meses tras las rejas y afrontó cuatro juicios. Juan Campaña, ex intendente de Policía de Pichincha, fue su abogado y logró sacarle en libertad, pues nunca la condenaron.

Después de este episodio, la suerte de ‘Mama Lucha’ cambió. Las autoridades municipales le hicieron una especie de persecución. Cuando ingresaba a los mercados, los policías metropolitanos se le enfrentaban.

Una pérdida

Sin duda el homicidio de su sobrino, William Sánchez Endara, fue un duro golpe para ella. Sus conocidos dijeron que ‘Mama Lucha’, de a poco, fue perdiendo poder. Ya no le gustaba polemizar y por lo general andaba tranquila por las calles de Quito.

Meses antes de su muerte le diagnosticaron una diabetes. Su figura alta, fuerte, de a poco se fue apagando. Varias personas la vieron sentada en una banca en la cima de El Panecillo, mientras sus familiares vendían platos típicos a los clientes.

El fin

En los últimos tres años, Lucila Endara ya no fue noticia. Veinte días antes de su muerte, la familia la llevó al hospital Militar para que le atendieran de un cáncer en el estómago.

Sus conocidos dijeron que sufrió mucho. El jueves, en horas de la tarde murió en la casa de una de sus hijas, ubicada en el barrio La Ermita, del sector de San Roque, centro de Quito.

Después de su muerte quedan historias contadas como: que era comadre de políticos y policías con algunos de los cuales aparece en fotos, que le desvalijó la casa a un coronel de Policía por le consideró mala gente, que le pegó al concejal y famoso periodista deportivo Carlos Efraín Machado porque se negó a darle un Hábeas Corpus, que poseía en la hacienda San Luis una bodega clandestina llena de artefactos eléctricos.

Pocos hablan de ella

Un lazo de color negro pegado en la puerta de la casa ubicada en el sector de El Panecillo y una hoja de color blanco informan que Luz María Endara, la ‘Mama Lucha’ ha fallecido.

En el mercado de San Roque donde está localizada una de sus casas y por donde ella transitaba, se vive un ambiente de amnesia. Las comerciantes, en su mayoría, dicen no conocerla, no saber de quién se trata.

Gloria Ordóñez, amiga cercana de Luz María Endara, lamenta su deceso y no se explica por qué ahora los comerciantes la niegan. Sentada sobre un quintal de limón, Ordóñez explica que Luz Endara era una persona caritativa que ayudaba a todos los vendedores informales, sin distinción alguna. Considera que “Dios se la quiso llevar y que debe estar en el cielo porque fue una señora demasiadamente buena».

«A mí nunca me dijo nada, pero era un poquito brava cuando le daban motivos», es otra frase que pudimos arrancar durante un recorrido por el mercado.

La Policía Metropolitana tampoco tiene un mal recuerdo. Carlos Cobo, jefe de Comunicación de La Policía Metropolitana, dice que mantienen buena relación con las Asociaciones de Comerciantes lideradas por los familiares de Luz María Endara. «La señora era vista como una líder dentro de los comerciantes», señala.

Asegura que durante la administración del actual alcalde, Paco Moncayo, no tuvo ningún tipo de injerencia.