Corona y economía

El mundo ha vivido una situación diferente en el año 2020, cerraron grandes y pequeñas

empresas, miles de ciudadanos han perdido su trabajo, no es fácil soportar la falta de vida social, es que el primer trimestre de la pandemia puso el mundo al revés, todos

absolutamente todos nos confinamos asustados, y obligados por las medidas tomadas por las autoridades políticas y sanitarias, luego de apoco se han ido relajando las medidas, ya hay actividad comercial, turística, y laboral; sin embargo las actividades educativas siguen suspendidas en la forma presencial, se las ha reemplazado con las herramientas tecnológicas, lo cual es difícil ejecutar en los países pobres, por la falta de recursos los niños y jóvenes no tienen acceso a tabletas o teléfonos celulares inteligentes e internet.

Es difícil cuantificar las perdidas económicas, a más de lo perdido en materia educación,

con todo el esfuerzo hecho por los Ministerios de Educación, lo consideramos un año

perdido. Hay algunas lecciones que debemos sacar todos los ciudadanos, empresarios, y

aún los multimillonarios, todos los seres humanos somos vulnerables, todas las empresas grandes y pequeñas han sido afectadas por la pandemia, lo que demuestra que son vulnerables; los países desarrollados luchan por la creación de una vacuna que inmunice a toda la humanidad, hay más de diez laboratorios farmacéuticos e investigadores, que están trabajando en proyectos de la vacuna salvadora, que proteja a todos, y se pueda volver a la normalidad.

Dentro de este panorama tan grave que hemos vivido, los noticieros nos abruman con la

agresión de parte del dictador venezolano Nicolás Maduro, quien se ha dado a la tarea,

además de martirizar a su población con la falta de alimentos, medicina, gasolina, tiendas cerradas, empresas quebradas, agrede a ciudadanos venezolanos, que han regresado a su patria, en busca de sus familiares queridos y adultos mayores; a los que fugaron a los países vecinos, y han regresado, los castiga, estigmatizándolos, y confinándolos en cárceles, sin derecho a nada, lo que demanda urgente la intervención internacional.

Joffre Daza Quiñónez

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