El gobierno Nacional, en la época de la Semana Mayor realizo una petición de contribuciones económicas a empleados, trabajadores y a empresas con utilidades. Con propuestas de medidas contributivas para aplacar la crisis sanitaria del país, lo cual no se dio un consenso suficiente de colaboración entre estas partes, para poder mitigar el dolor de miles de ecuatorianos que por diversas causas han sido víctimas de esta terrible enfermedad invisible que es el enemigo implacable de la humanidad.
El asunto pasa a manos de la Asamblea Nacional, dispersa, egoísta sin calidad humana en época de emergencia nacional, los señores y señoras Asambleístas tienen un mes para decidir, aprobar o modificar estos proyectos de ley. No hay una flexibilización que los haga concientizar que ellos se deben al pueblo que los eligió y por lo tanto es la hora que estos señores devuelvan con creses lo que la gente hiso por ellos.
La pandemia nos ha puesto en jaque, al Ecuador y al mundo se ha dejado a un lado las guerras, los debates políticos y el cambio climático que por el momento están fuera de foco, por el Covid-19, virus que se inició en China como lo es de conocimiento mundial.
El mundo entero atraviesa uno de los más duros momentos que puede registrar en la actualidad, las finanzas de nuestro país están con un déficit fiscal de 3.384 millones de dólares y con esta enfermedad invisible, la caja fiscal afronta actualmente una caída de ingresos petroleros y tributarios debido a los precios bajos del crudo y la baja demanda de los productos de exportación por la recesión y paralización de actividades productivas por la cuarentena.
Es la hora que las autoridades económicas deben hacer ajustes en el gasto público, priorizar los recursos en salud y brindar ayuda a los grupos más vulnerables, sin olvidar que existen otros grupos que necesitamos también atención.