Un desolado Miami recibió a Irma, que causó destrozos

IMÁGENES. Las calles de Miami lucieron inundadas ayer.
IMÁGENES. Las calles de Miami lucieron inundadas ayer.

MIAMI, EFE

El huracán Irma proseguía ayer su imparable avance hacia el territorio continental de Florida, donde sus efectos se sentían varias horas antes de su llegada en forma de inundaciones, subida del nivel del mar y poderosos vientos.

Hasta el cierre de esta edición, habían muerto al menos tres personas en Florida como consecuencia de las adversas condiciones climatológicas provocadas por Irma, que en su avance desde los Cayos hasta la península se degradó a categoría 3 y dejó sin electricidad a más de 1,5 millones de hogares en el estado.

Antes de llegar a Florida y con categoría 5, el ciclón causó al menos 29 muertes y cuantiosos daños materiales a su paso por el Caribe. Después de haber atravesado el sábado por Cuba y de tocar tierra ayer en los Cayos de Florida, los vientos de Irma se redujeron de 130 a 120 millas por hora (195 a 215 kilómetros por hora).

Por el contrario, la velocidad del huracán, que se dirige hacia el norte, aumentó de 9 a 12 millas por hora (15 a 19 km/h), lo que le hace teóricamente menos peligroso.

De esta forma Irma pasaba junto a la costa suroeste del estado, que podría recibir los «vientos más fuertes», según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes. Se esperaba que se moviera cerca o sobre esta costa, pasando junto a ciudades como la de Fort Myers, que está a 70 millas o 115 kilómetros al norte del ojo de Irma.

La situación en el sur de Florida empeoró sustancialmente, según se apreció en las imágenes de televisión tomadas por los reporteros que han desoído las órdenes de las autoridades del estado de no mantenerse a la intemperie.

La destrucción

Las tres muertes atribuidas hasta ahora a Irma se han producido en accidentes de tráfico ocurridos por las malas condiciones climáticas, según las autoridades. Miami, Tampa y Naples, como el resto de ciudades de la zona más meridional del ‘estado soleado’, parecían ayer ciudades abandonadas por sus habitantes a merced de la fuerza de la naturaleza. Escuelas, comercios, oficinas públicas y privadas, bancos, casas particulares y puertos y aeropuertos estaban totalmente cerrados como en los últimos días.

En Coral Gables, ciudad residencial aledaña a Miami, brillaban por su ausencia personas y vehículos. Muchas calles de esta zona de exhuberante vegetación estaban bloqueadas por ramas y árboles caídos.

La avenida Brickell, el corazón del distrito financiero de Miami, se transformó en un río con un nivel de hasta 60 centímetros de alto en algunas zonas, y en Coconut Grove subió el nivel del mar y varios de los yates y otros barcos de recreo anclados en sus marinas acabaron sobre las aceras.

Además, una grúa cayó sobre un edificio en construcción del centro de Miami por los fuertes vientos, sin que nadie resultase herido. Las pocas personas que no han atendido las órdenes de evacuación dictadas por la Gobernación del estado, que abarcan a 6,3 millones de personas, recibieron en sus casas el embate de Irma.

En los refugios habilitados en escuelas, polideportivos y otras instalaciones hubo decenas de miles de personas y una cantidad aun mayor huyó hacia el norte, después de una semana de mensajes cada vez mas alarmistas sobre el peligro que corrían si se quedaban.

Las imágenes en Cuba

Los cayos de la costa norte de Cuba, que fueron la zona de la isla por la que el ojo del huracán Irma pasó más cerca, sufrieron graves daños materiales, en especial la infraestructura hotelera y el ‘pedraplén’, la carretera que une estos islotes con tierra firme, informaron medios locales.

Los primeros datos sobre los estragos causados por Irma, que en la noche del viernes rozó la cayería norte como huracán de fuerza 5, se difundieron tras una visita a la zona del general Ramón Espinosa, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

En estos lugares no se registraron daños personales, ya que solo quedó un mínimo retén de trabajadores, mientras que unos 36.000 turistas fueron evacuados a lugares seguros de la isla o retornaron a sus países de origen, como en el caso de los visitantes canadienses.

LA CIFRA
36.000
turistas fueron evacuados de Cuba.