La organización asegura que los opositores al comunismo cubano sufren de un sistema de tortura aplicado de forma generalizada y sistemática. Aquí los detalles.
La ONG Prisoners Defenders ha denunciado que en torno a un 68% de los opositores cubanos en prisión han sufrido episodios de agresiones físicas en el marco de un sistema de «tortura» aplicado «de forma generalizada y sistemática» contra aquellas voces críticas con el Gobierno de Miguel Díaz-Canel.
Según se desprende de ‘La Tortura en Cuba. Primer estudio integral’ publicado este martes por la ONG, la privación de la comunicación y las humillaciones y maltrato verbal se tornan como las primeras formas de tortura aplicadas por los guardias de prisiones del país caribeño.
La organización ha analizado 181 casos de presos políticos de los que de 168 se han obtenido declaraciones que han permitido realizar estadística y extrapolaciones. El Régimen de Miguel Díaz-Canel ha encarcelado a un total de 1.277 personas entre abril de 2022 y marzo de 2023.
El estudio se ha nutrido de fuentes de información que abarcan desde los propios detenidos hasta presos recientemente liberados, e incluso los relatos de algunos familiares y allegados cercanos a los opositores.
Del total de casos analizados, un 83,93% ha sufrido privación de comunicación; un 75,6 ha denunciado humillaciones, degradaciones y maltrato verbal; a un 72,62% se le ha privado de atención médica; un 67,68 ha denunciado agresiones físicas; y un 60,71% ha sido confinado en solitario.
«Es alarmante que todas las torturas más comunes son, si lo analizamos, un conjunto de herramientas sencillas y directas, y que no requieren excesiva necesidad de control para ir degradando la psique y el cuerpo de los rebeldes que se atreven a opinar distinto con el lógico fin de quebrarlos y dejarles secuelas«, denuncia la ONG.
De la muestra total de casos estudiados, cuatro son menores de edad, que en su mayoría denuncia privación de atención médica y acceso a sus necesidades más básicas, humillaciones y agresiones físicas y torturas. Además, otros 22 son jóvenes menores de 21 años, que también denuncian humillaciones y que se les negó acceso a agua, comida, atención médica o aseo.
Prisoners Defenders rescata el caso de Gabriela Zequeira Hernández, una menor que denuncia a la que «casi violaron», o el de Jonathan Torres, otro menor de 18 años al que «encerraron, golpearon e insultaron». Leandro Cerezo Sirut, por su parte, «lleva tres años sin hablar por teléfono» con su familia.
En el caso de las mujeres -un total 17, incluidas dos menores de 21 años y otra menor de 18-, la mayoría destaca la privación de comunicación, la humillación y las amenazas a su integridad como principales formas de tortura. A Camila Acosta Rodríguez, le obligaron a desnudarse en hasta dos ocasiones de manera «agresiva y humillante».
Finalmente, el estudio destaca que de los 168 casos analizados, en 164 los presos poseen únicamente la ciudadanía cubana, lo que representa un 98 por ciento. En los otros cuatro casos -el dos por ciento restantes- los detenidos poseen la nacionalidad cubana junto a la canadiense, estadounidense, alemana y española.
La víctima más torturada
Prisoners Defenders ha prestado especial atención al caso de José Daniel Ferrer, líder de la organización disidente Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), quien «está recibiendo ataques sónicos constantes» desde que ingresó en 2021 en la prisión de Mar Verde, en el sureste de la isla.
Además, se le suman «envenenamientos químicos en el agua y comida» y confinamiento en constante condición de aislamiento en una celda «preparada tecnológicamente para estas torturas». «Su degradación física y psicomotriz es paulatina debido a esta tortura constante destinada a asesinarle lentamente», reza el informe de la ONG.
Así las cosas, Prisoners Defenders ha incidido en que «sus palabras de aliento» y la fuerza de convicción que demuestra «recuerdan a mártires con paralelismos muy evidentes con figuras del imaginario colectivo como Gandhi o Jesucristo». (EFE)