A Luis Eriberto Haro nada lo amilana

Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Trabajo. Luis Eriberto Haro procura dejar bien limpio el calzado de sus clientes.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.
Acción. De lunes a viernes lo pueden encontrar en las inmediaciones de la Prefectura de Loja.

Hace tres años que Luis Eriberto Haro se ubica en las inmediaciones del Gobierno Provincial, con un mandil y gorra del Municipio de Loja, sin dejar de lado los implementos que necesita para dar lustre al calzado de sus clientes.

Cuenta que luego de solicitar a las autoridades que le ayuden le dieron la oportunidad de trabajar ya que no tiene ninguna otra fuente de ingresos. Gracias al apoyo y la colaboración de sus clientes le permite llevar dinero para alimentar a su familia que la conforman cinco personas, incluido un hijo que tiene discapacidad.

Uno de los problemas que tiene es que cuando llueve la situación se le complica, ya que la gente prefiere no dejarse lustrar los zapatos, “cuando no puedo llevar el sustento a la casa, me preocupa porque necesito para mantener a mi familia”, expresa y aduce que le gustaría tener un trabajo más seguro, pero no puede conseguir hasta ahora.

Era auxiliar de enfermería y trabajó en varios subcentros de salud de Loja, el último fue en Solca; sin embargo, deja en claro que igual realiza la labor de lustrar con mucho cariño.

Cuenta que antes obtenía alrededor de 15 dólares diarios, pero de a poco ha ido bajando y ahora tan solo consigue unos $7. “A veces nos toca acostarnos sin comer y eso nos complica ya que hay que pagar arriendo, la comida y alimentos”, menciona con tristeza.

Luis Eriberto Haro tiene problemas en su columna, luego de una caída que tuvo de niño, lo que en los últimos años le está aquejando.

Ahora está perdiendo la visión ya que tiene catarata. Del Hospital Isidro Ayora lo enviaron al Hospital Eugenio Espejo en Quito y le dijeron que debe acudir el 6 de enero ya que ahí podrían operarlo, pero no tiene dinero para viajar.

En el lugar pasa de lunes a viernes, mientras que los fines de semana va a vender periódico por las calles, actividad que es a la que se dedica su esposa. Este ciudadano pide a los clientes que no lo desamparen para continuar llevando el pan a su hogar.

Hace tres años que Luis Eriberto Haro se ubica en las inmediaciones del Gobierno Provincial, con un mandil y gorra del Municipio de Loja, sin dejar de lado los implementos que necesita para dar lustre al calzado de sus clientes.

Cuenta que luego de solicitar a las autoridades que le ayuden le dieron la oportunidad de trabajar ya que no tiene ninguna otra fuente de ingresos. Gracias al apoyo y la colaboración de sus clientes le permite llevar dinero para alimentar a su familia que la conforman cinco personas, incluido un hijo que tiene discapacidad.

Uno de los problemas que tiene es que cuando llueve la situación se le complica, ya que la gente prefiere no dejarse lustrar los zapatos, “cuando no puedo llevar el sustento a la casa, me preocupa porque necesito para mantener a mi familia”, expresa y aduce que le gustaría tener un trabajo más seguro, pero no puede conseguir hasta ahora.

Era auxiliar de enfermería y trabajó en varios subcentros de salud de Loja, el último fue en Solca; sin embargo, deja en claro que igual realiza la labor de lustrar con mucho cariño.

Cuenta que antes obtenía alrededor de 15 dólares diarios, pero de a poco ha ido bajando y ahora tan solo consigue unos $7. “A veces nos toca acostarnos sin comer y eso nos complica ya que hay que pagar arriendo, la comida y alimentos”, menciona con tristeza.

Luis Eriberto Haro tiene problemas en su columna, luego de una caída que tuvo de niño, lo que en los últimos años le está aquejando.

Ahora está perdiendo la visión ya que tiene catarata. Del Hospital Isidro Ayora lo enviaron al Hospital Eugenio Espejo en Quito y le dijeron que debe acudir el 6 de enero ya que ahí podrían operarlo, pero no tiene dinero para viajar.

En el lugar pasa de lunes a viernes, mientras que los fines de semana va a vender periódico por las calles, actividad que es a la que se dedica su esposa. Este ciudadano pide a los clientes que no lo desamparen para continuar llevando el pan a su hogar.

Hace tres años que Luis Eriberto Haro se ubica en las inmediaciones del Gobierno Provincial, con un mandil y gorra del Municipio de Loja, sin dejar de lado los implementos que necesita para dar lustre al calzado de sus clientes.

Cuenta que luego de solicitar a las autoridades que le ayuden le dieron la oportunidad de trabajar ya que no tiene ninguna otra fuente de ingresos. Gracias al apoyo y la colaboración de sus clientes le permite llevar dinero para alimentar a su familia que la conforman cinco personas, incluido un hijo que tiene discapacidad.

Uno de los problemas que tiene es que cuando llueve la situación se le complica, ya que la gente prefiere no dejarse lustrar los zapatos, “cuando no puedo llevar el sustento a la casa, me preocupa porque necesito para mantener a mi familia”, expresa y aduce que le gustaría tener un trabajo más seguro, pero no puede conseguir hasta ahora.

Era auxiliar de enfermería y trabajó en varios subcentros de salud de Loja, el último fue en Solca; sin embargo, deja en claro que igual realiza la labor de lustrar con mucho cariño.

Cuenta que antes obtenía alrededor de 15 dólares diarios, pero de a poco ha ido bajando y ahora tan solo consigue unos $7. “A veces nos toca acostarnos sin comer y eso nos complica ya que hay que pagar arriendo, la comida y alimentos”, menciona con tristeza.

Luis Eriberto Haro tiene problemas en su columna, luego de una caída que tuvo de niño, lo que en los últimos años le está aquejando.

Ahora está perdiendo la visión ya que tiene catarata. Del Hospital Isidro Ayora lo enviaron al Hospital Eugenio Espejo en Quito y le dijeron que debe acudir el 6 de enero ya que ahí podrían operarlo, pero no tiene dinero para viajar.

En el lugar pasa de lunes a viernes, mientras que los fines de semana va a vender periódico por las calles, actividad que es a la que se dedica su esposa. Este ciudadano pide a los clientes que no lo desamparen para continuar llevando el pan a su hogar.

Hace tres años que Luis Eriberto Haro se ubica en las inmediaciones del Gobierno Provincial, con un mandil y gorra del Municipio de Loja, sin dejar de lado los implementos que necesita para dar lustre al calzado de sus clientes.

Cuenta que luego de solicitar a las autoridades que le ayuden le dieron la oportunidad de trabajar ya que no tiene ninguna otra fuente de ingresos. Gracias al apoyo y la colaboración de sus clientes le permite llevar dinero para alimentar a su familia que la conforman cinco personas, incluido un hijo que tiene discapacidad.

Uno de los problemas que tiene es que cuando llueve la situación se le complica, ya que la gente prefiere no dejarse lustrar los zapatos, “cuando no puedo llevar el sustento a la casa, me preocupa porque necesito para mantener a mi familia”, expresa y aduce que le gustaría tener un trabajo más seguro, pero no puede conseguir hasta ahora.

Era auxiliar de enfermería y trabajó en varios subcentros de salud de Loja, el último fue en Solca; sin embargo, deja en claro que igual realiza la labor de lustrar con mucho cariño.

Cuenta que antes obtenía alrededor de 15 dólares diarios, pero de a poco ha ido bajando y ahora tan solo consigue unos $7. “A veces nos toca acostarnos sin comer y eso nos complica ya que hay que pagar arriendo, la comida y alimentos”, menciona con tristeza.

Luis Eriberto Haro tiene problemas en su columna, luego de una caída que tuvo de niño, lo que en los últimos años le está aquejando.

Ahora está perdiendo la visión ya que tiene catarata. Del Hospital Isidro Ayora lo enviaron al Hospital Eugenio Espejo en Quito y le dijeron que debe acudir el 6 de enero ya que ahí podrían operarlo, pero no tiene dinero para viajar.

En el lugar pasa de lunes a viernes, mientras que los fines de semana va a vender periódico por las calles, actividad que es a la que se dedica su esposa. Este ciudadano pide a los clientes que no lo desamparen para continuar llevando el pan a su hogar.