“Testigo de lo invisible”

Mons. Alfredo Espinoza Mateus, sdb

“El artista es el testigo de lo invisible, y la obra de arte es la prueba más fuerte de que la encarnación es posible. Para hacer visible el misterio de la fuerza propia de una obra de arte, son necesarias las manos del artista, y las manos, simbólicamente, son las que nos dan la dignidad porque son nuestro instrumento de trabajo”.

Estas palabras del Papa Francisco vienen bien ahora que Loja es una verdadera expresión de arte en este segundo “Festival de las Artes Vivas”.

Los artistas tienen una función muy concreta en la sociedad, afirma también Francisco, más aún si son cristianos, y es la de “ser guardianes de la belleza, heraldos y testigos de la esperanza para la humanidad”.

Ellos deben prender esa chispa de esperanza y de confianza allí donde las personas parecen ceder ante la indiferencia y la fealdad. Y estoy convencido de que es lo que vamos a vivir en estos días en nuestra ciudad. Vamos a ser testigos de esa chispa que se encenderá en nuestras vidas. Vamos a meternos todos en este mundo del arte y a redescubrir ese sentido de la armonía, de la perfección y de la belleza a través de las distintas manifestaciones artísticas.

Las obras de arte, que nacen de las manos, la mente y el corazón del artista nos van a transportar y a hacer vivir la belleza, porque todo artista “está llamado a hacer brillar la belleza, especialmente allí donde la oscuridad o el gris dominan la vida cotidiana” (Francisco).

En las intenciones de oración del Papa para agosto de este año, invitó a rezar por los artistas con las siguientes palabras: “Las artes expresan la belleza de la fe y proclaman el mensaje de la grandeza de la creación de Dios”. Por eso, cuando admiramos una obra de arte o una maravilla de la naturaleza, descubrimos cómo cada cosa nos habla de Él y de su amor. Pidamos por los artistas de nuestro tiempo, para que, a través de las obras de su creatividad, nos ayuden a descubrir la belleza de la creación”.

Que nuestras vidas sean esas obras de arte que reflejen al Creador. ¡Viva Loja! (O)