Detengamos la contaminación

Por: JOSÉ LUIS SAMPIETRO SAQUICELA

La deducción de la causalidad de los fenómenos naturales, ha sido una tarea milenaria para los seres humanos como especie dominante del planeta Tierra. En el principio de los tiempos carecíamos de la capacidad técnica de analizar el comportamiento del entorno natural y atribuíamos los más simples fenómenos atmosféricos como la lluvia, a una represalia o gratificación de los dioses. Para los vikingos, en Noruega, y para los aztecas en Mesoamérica, Thor y Tlaloc desencadenaban su ira produciendo lluvias torrenciales, a manera de castigo por los pecados cometidos.

Nuestra especie iría evolucionando con el tiempo y trataría de cambiar las leyendas ancestrales por hipótesis probadas sobre la base del raciocinio y demostraciones apoyadas en la experticia o contrastadas mediante experimentación, hasta que finalmente en el presente sabemos que la lluvia es provocada por la condensación del agua que se evapora del mar, lagos y ríos. El trascurrir de los siglos nos ha dejado una verdad ineludible, cuya sinopsis se fundamenta en que estamos condenando al planeta Tierra desde la denominada revolución industrial.

Las más prestigiosas universidades a nivel global como el Instituto Tecnológico de Massachusetts; el Instituto Suizo Federal de Tecnología, Cambridge; la Universidad Politécnica de Catalunya, entre otras, han desarrollado diversos grupos de investigación que han usado medios de difusión prestigiosos como revistas científicas para advertir sobre las consecuencias del deterioro ambiental prolongado a causa de las emisiones de gases nocivos.

Sumados a estos esfuerzos, muchas organizaciones como World Wide Fund for Nature, Greenpeace, entre otras, han divulgado a nivel global los peligros inherentes a seguir contaminando el mundo al ritmo actual. Se han logrado algunos resultados que han beneficiado a poblaciones puntuales, bajo la denominación de asistencia por responsabilidad social, que es brindar incentivos económicos usualmente en obras físicas a poblaciones que se encuentran cerca de plantas industriales. Pero esto es insuficiente.

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