Los periodos para gobernar: Clemente Yerovi Indaburu

Autor: Kléver Antonio Bravo| RS 70


Mucho se habla en estos días ya de campaña que el Presidente que elegiremos gobernará por muy poco tiempo, pero nadie quiere recordar que los Presidentes que han gobernado por pocos años, han dejado huellas imborrables en el desarrollo del país. Son de fácil recordación Carlos Julio Arosemena Tola , su Hijo Carlos Julio y su sobrino Otto. De data reciente los Presidentes Hurtado, Mahuad, Alarcón, Noboa, Gutiérrez y Palacio son buenos ejemplos de períodos cortos que han dejado su impronta. Quizá las peores experiencias son las dictaduras y autoritarismo que se han perpetrado en el poder, saqueando las arcas fiscales y que todavía aspiran a regresar. Es por esto que hay que ser optimista con lo que nos traerá la política los próximos años. Podemos estar, si se vota bien, ante una nueva época. Hoy recordamos, gracias a la pluma de Kléver Bravo a un ilustre Ex presidente que puede marcar la ruta a seguir.

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Hubo una vez un presidente que en tan poco tiempo hizo mucho por la patria: no se aferró al poder, y cuando terminó su mandato, entregó la presidencia a quien fue elegido, tomó su maleta, puso en su carro y él mismo manejó hasta su tierra natal, Guayaquil. Nació en el Puerto Principal en 1904. Se educó en los colegios Vicente Rocafuerte de Guayaquil y San Gabriel de Quito. Conocía de cabo a rabo la cuenca del río Guayas y toda su ruta, hasta llegar al Pacífico y las costas de la provincia de El Oro. Es que de joven se dedicó a la navegación fluvial.



Luego de aquellas aventuras marineras dio paso a su vocación de ejecutivo, al dirigir algunas cámaras de comercio del Litoral, llegando a ser el director del Banco Central del Ecuador en 1938 y ministro de Finanzas en el gobierno de Galo Plaza entre los años 1948 – 1950, tiempo en el que se llevó a cabo el primer Censo Nacional de Población; además, por esas mismas fechas, impulsó la producción y exportación del banano. Como buen estratega económico, lideró el Banco Nacional de Fomento y la Junta Nacional de Planificación de 1962.

En el ocaso de la Junta Militar (1963 – 1966), cuando el país estaba atravesando la crisis de las universidades, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas pidió a la Junta el paso al costado. Esta dictadura militar pasó a su cuartel de invierno y las fuerzas políticas, encabezadas por Galo Plaza, Camilo Ponce y Andrés F. Córdova, proclamaron a don Clemente Yerovi como presidente del Ecuador. Así fue que este insigne guayaquileño asumió el poder el 29 de marzo de 1966, en horas de la madrugada. Con esto, se bajaron las tensiones políticas en las principales ciudades donde reinaba el caos.

Al mismo rato de la asunción de la prosidencia, don Clemente Yerovi se comprometió a cumplir sus tres propósitos: a) La convocatoria a elecciones para una nueva Asamblea Nacional, misma que designaría al nuevo presidente. b) Recuperación de la economía nacional con una alta dosis de austeridad. c) La entrega del poder apenas instalada la Asamblea. Sin dar espacio a la duda, se puede decir que los propósitos se cumplieron a cabalidad.

En sus siete y medio meses de gobierno, logró estabilizar la economía gracias a que la población tomó en serio la tan necesaria austeridad. Esto como punto de partida. En el campo internacional, suscribió el Acuerdo de Cartagena, lo que hoy conocemos como la Comunidad Andina de Naciones, CAN. Hizo realidad la planificación del puente sobre el río Guayas para su posterior construcción, fundó el Servicio de Capacitación Profesional, Secap y la Flota Bananera, restableció la vigilancia sobre las 200 millas de nuestro mar territorial, apoyó el desarrollo de las finanzas privadas a través de la Corporación Financiera Ecuatoriana, Cofiec …

Según sus confesiones, pedía a Dios todas las mañanas equivocarse menos y no emperrarse en el poder. “Creo que estos dos favores me fueron otorgados”, decía don Clemente Yerovi al finalizar su mandato. Efectivamente, cuando se inauguró la nueva Asamblea Nacional, presidida por Gonzalo Cordero Crespo, el presidente Yerovi presentó su carta de renuncia irrevocable.

El expresidente murió en su tierra natal el 19 de julio de 1981, cumpliendo los 77 años de edad.

Sin caer en apologías, vale decir que fue un hombre muy práctico y de mucha estatura moral. Su breve paso por el Palacio de Carondelet fue un verdadero referente de que sí se puede hacer pocas, pero buenas cosas, en un tiempo limitado.

Años más tarde, en 1988, la Cámara de Agricultura de la provincia del Guayas resolvió levantar un monumento en su nombre, mismo que se encuentra en el parque de la ciudadela Kennedy, al norte de Guayaquil. Está hecho de bronce, metal bastante duro con el cual se mantendrá en la memoria de los ecuatorianos la imagen de un presidente dibujado en la grata memoria.