Las heridas fiscales se agrandan

Autor: Econ. Jaime Carrera | RS 83


Hasta agosto, $2.733 millones de déficit.

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Las cuentas públicas continúan su inexorable deterioro. Sin embargo, muy pocos valoran en su estricta dimensión los impactos que los inmanejables déficits publicos tienen para los pobres, las empresas, los jóvenes y en general para un buen futuro de toda la sociedad. Aún más, para preservar la dolarización amada por la mayoría de la población.

Entre enero-agosto 2022-2023, los ingresos petroleros se reducen en $1.160 millones (cuadro), hecho que evidencia la vulnerabilidad del país a los vaivenes del precio del barril de petróleo, y a los niveles de producción y exportación. Se refleja, además, la falta de rigor en los cálculos petroleros, generalmente sobreestimados. Si hasta agosto de 2023 ingresaron por petróleo $1.234 millones, es una utopía pensar que hasta diciembre se recibirán los $3.626 millones previstos.

Los ingresos tributarios también se reducen. Hasta agosto, el total de ingresos tributarios al Tesoro (no los declarados por el SRI), fueron de $9.911 millones y en agosto de apenas $1.066 millones (cuadro). Si para todo el año se esperan $16.000 millones por tributos y restan cuatro meses de recaudaciones, recibir tal cifra es un sin sentido. También la previsión de ingresos tributarios fue ilusoria.

En cambio, al comparar los períodos citados, los gastos totales crecen en $1.844 millones, entre ellos el pago por sueldos. El gasto por intereses de la deuda externa aumenta en $597 millones, como un llamado de atención de su peso en el marco de una inflexible estructura de gasto. Las inversiones palidecen, mientras, para sostener el gasto corriente de $13.345 millones, no son suficientes los ingresos totales de $13.184 millones (cuadro).
Menos ingresos y mayores gastos, elevaron el déficit fiscal entre enero-agosto de 2023 a $2.733 millones. Solo en el mes de agosto el déficit fue de $822 millones, al incluir el gasto adicional del 14vo sueldo. No es difícil inferir el alcance del déficit hasta fin de año.

Como hemos reiterado, en finanzas públicas no solo se debe financiar el déficit sino también el pago de amortizaciones de la deuda pública, cuentas por pagar, CETES y otros rubros (son las necesidades de financiamiento). En la agobiante tarea de encontrar las fuentes de financiamiento, se han recibido algunos créditos externos y acumulado $1.744 millones de cuentas por pagar del vigente presupuesto. También los saldos del Tesoro se han reducido a niveles de inanición.

DEUDAS PENDIENTES A AGOSTO
Entre las cuentas a pagar hasta agosto, al IESS no se pagaron $1.145 millones del subsidio por el 40 por ciento de las pensiones de los jubilados.

En cambio, hasta el mes de junio que existe información, el IESS compró bonos del Estado por $1.400 millones. Al restar de tal valor el pago de amortizaciones por vencimientos de bonos del IESS, la deuda neta en bonos con tal entidad aumentó en $1.027 millones.

De otra parte, hasta el mes de julio, el sector público del cual el presupuesto es el principal actor, envió $2.305 millones al exterior por el servicio de la deuda externa y solo recibió $682 millones por créditos externos, esto es, el envío neto al exterior fue de $1.623 millones. Además, el sector público por sus operaciones, envió de forma neta al exterior $593 millones, esto es, la diferencia entre los giros al exterior por el gasto público menos algunos giros recibidos.

No solo el déficit público es una profunda herida que sangra cada vez más. También hay otras. Si por una parte, entre enero y agosto al IESS se deben $1.145 millones, y por otra, la compra neta de bonos de tal entidad es de $1.027 millones, en total el IESS cubrió las necesidades de financiamiento del Estado por $2.172 millones. El IESS pierde liquidez por este último valor, al tiempo que amplía la herida de iliquidez del Fondo de Pensiones. Además, cuando el presupuesto y todo el sector público, hasta el mes de julio, enviaron de forma neta al exterior $2.216 millones como se detalla más arriba, se constituyeron en los principales causantes de la reducción de $1.497 millones de la reserva internacional hasta julio de 2023, herida difícil de cicatrizar.

Mantener cuentas públicas con superávit, los fondos del IESS sólidos y crecientes, y una reserva internacional que al menos cubra los valores de sus dueños, son elementos fundamentales para la prosperidad de la nación y la preservación de la dolarización. La curación de estas heridas es responsabilidad y producto del esfuerzo de todos. Mirar para otro lado, profundizará las heridas y su curación será más dolorosa.