Cada 25 de julio se conmemora el Día Internacional de la mujer afrolatina, afrocaribeña y de la diáspora.
La fecha tiene como objetivo visibilizar a las mujeres afrodescendientes y promover políticas públicas que ayuden a mejorar su calidad de vida y a erradicar el racismo y la discriminación. Las mujeres y las niñas afrodescendientes en todo el mundo se enfrentan a múltiples formas de discriminación por motivos de raza o etnia, sexo, género, nacionalidad, estatus migratorio o condición social de otro tipo.
Historia
El 25 de julio de 1992 mujeres negras de 32 países de América Latina y el Caribe se reunieron en República Dominicana para hacer visibles las luchas y resistencia de las mujeres afro y definir estrategias de incidencia política para enfrentar el racismo desde una perspectiva de género. A raíz de ese encuentro, se instituyó el 25 de julio como Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, también conocido como Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora.
La Asamblea General de la ONU proclamó en su resolución 68/237 los años 2015-2014, como el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, con el propósito de fortalecer la cooperación nacional, regional e internacional en relación con el pleno disfrute de los derechos sociales, culturales, civiles, económicos y políticos de las personas de ascendencia africana, y su plena e igualitaria participación en todos los aspectos de la sociedad. Desde Suelo Urbano acompañamos y celebramos este día y nos comprometemos a seguir luchando por las desigualdades de género, las étnico-raciales y de clase que sufren nuestras mujeres en el Mundo, Latinoamérica y El Caribe.
Celebración
Es así como el 25 de julio fue establecido como el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente durante el Primer Encuentro de Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, que se celebró este día en 1992 en Santo Domingo, en reconocimiento al trabajo que realizan mujeres de ascendencia africana en la lucha contra la discriminación racial, el sexismo, la pobreza y la marginación.
Estudios
En el contexto actual, varios estudios, entre los que destaca el de la University College London sobre las personas afectadas por la COVID-19, muestran que las comunidades de ascendencia africana registran tasas más altas de infección que otros grupos raciales. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha destacado recientemente que «estas disparidades resultan de múltiples factores relacionados con la marginación, la discriminación y el acceso a los servicios de salud».
Pandemia
Un alto porcentaje de mujeres afrodescendientes trabaja en ocupaciones de alto riesgo como la limpieza y el empleo informal, y tiene más probabilidades de vivir en zonas urbanas marginales y sobrepobladas, estando por lo tanto en situación de mayor vulnerabilidad frente a los impactos de la COVID-19. Esta precariedad incrementa, a su vez, el riesgo de sufrir diferentes violencias contra las mujeres, limitando las opciones para encontrar un espacio seguro.
Finalmente se evidenció que la pandemia acentúó las formas acumulativas de desigualdad y discriminación que sufren.