El primer grito fue en Esmeraldas

¿Qué celebramos en Esmeraldas cada 5 de Agosto? Con las declaraciones de personajes públicos y con los avisos que han publicado instituciones públicas y privadas en los medios de comunicación en el último cuarto de siglo sobre la celebración del 5 de Agosto, se puede formar una curiosa colección de muchas inexactitudes y de pocos aciertos.

Las versiones más extrañas han sido las que identifican al 5 de Agosto como la fecha de una supuesta batalla de Rioverde, del descubrimiento de Esmeraldas, de la creación del cantón Esmeraldas y de la liberación de los esclavos; y no ha faltado la confusión sobre los personajes, con nombres cambiados o cambiados de bando. Para gran parte del público -incluso estudiantes, docentes y profesionales universitarios-, es simplemente un día de jarana. Pero, ¿qué mismo ocurrió en una fecha como esa? ¿En qué época de nuestra historia ocurrió: en la Prehispánica, en la Conquista, en la Colonia, en la Independencia o en la República? ¿En qué año? ¿Qué pretendían los protagonistas del movimiento del 5 de Agosto? ¿Quiénes fueron esos protagonistas? ¿Era Esmeraldas parte de un país soberano e independiente? ¿A qué entidad territorial pertenecía lo que actualmente es la provincia de Esmeraldas? ¿Quién era la máxima autoridad de esa entidad territorial a la que pertenecía Esmeraldas? ¿Cómo saber todo esto? ¿Cuáles son las fuentes primarias de los sucesos del 5 de Agosto? ¿Existe una proclama, un expediente, un acta, un informe oficial, un parte? ¿Y desde cuándo se comenzó a celebrar el 5 de Agosto?

Preguntas como estas me inquietaron durante largo tiempo, y en Esmeraldas no existían fuentes primarias dónde consultar; solo contábamos con las publicaciones de historia de pocos autores esmeraldeños. Yo sabía que los historiadores esmeraldeños que han escrito sobre el movimiento del 5 de Agosto, son más o menos concordantes en señalar que un siglo después de los acontecimientos, la directora de la Biblioteca Nacional, Zoila Ugarte de Landívar, localizó lo que pasó a constituirse en la fuente principal de información sobre el 5 de Agosto. Un historiador esmeraldeño señala que “Zoila Ugarte de Landívar encontró en los archivos de la Biblioteca Nacional los documentos probatorios del movimiento libertario del 5 de Agosto”; y otro dice que Zoila Ugarte “encontró el hasta entonces desconocido histórico documento”. ¿Qué mismo encontró ella inicialmente: varios documentos o uno solo? Aún no lo sé, pero basta resaltar, por lo pronto, que transcurrió un siglo entre el acontecimiento y el hallazgo. Yo también sabía que se ha conservado un cuadernillo que posteriormente se había confundido en los repositorios del Archivo Nacional, pero fue redescubierto y transcrito en 1975, de modo que los textos escritos a mano en un español antiguo -laborioso de descifrar-, fueron reescritos con una moderna máquina; y asimismo, sabía que la desaparecida revista Cultura del Banco Central, en la edición correspondiente a septiembre-diciembre de 1982, hizo un valioso aporte al dar a la imprenta la moderna transcripción. El prólogo intitulado «Para las “historias” de la Independencia», que sin identificación de autor precede a la transcripción del infolio o cuadernillo, al respecto, dice:

“El año de 1820 (…) Es un año en que el dominio colonial español se debate en sus estertores postreros (….).
“El documento que ahora sale a la luz es un cuadernillo judicial, en buena parte fehaciente y en parte original, de una causa de infidencia seguida en Quito contra los autores de varios atentados cometidos en Esmeraldas y en Río Verde (…)”.

“Estos documentos redescubiertos y salvados del sótano de los papeles viejos, son testigos providenciales que justifican el movimiento en pro de la Libertad; son el testimonio admonitivo contra la pérdida de memoria de la Historia…”.

“Así permaneció la causa hasta el año de 1975, cuando fuera redescubierta y transcrita dentro de los fondos del Archivo Nacional de Historia, en la serie llamada Facticia de la Independencia, conformada según la manera original de organización de dicho repositorio, por los papeles titulados Causas de Estado, que reunía los expedientes judiciales de carácter criminal contra los alteradores del orden público por delitos de ‘lesa majestad’. Es de suponerse que en la actualidad (…) estará integrando la serie también facticia, Na-val o posiblemente la facticia de Rebeliones”.

PRUEBAS HISTÓRICAS

La primera conclusión que surge del texto citado es que confirma que la fuente principal de conocimiento de lo que ocurrió el 5 de Agosto, es un expedientillo judicial, un proceso penal seguido contra insurgentes acusados de delitos cometidos en Esmeraldas y en Rioverde en 1820. El texto también conduce a concluir que la localización y la relocalización del expedientillo han pasado por un tortuoso proceso, pues el infolio permaneció ignorado durante un siglo, y su hallazgo fue fortuito, aunque el o la prologuista no dice ni quién ni cuándo lo halló; que después fue rescatado de “un sótano de papeles viejos”, en un redescubrimiento escuetamente referido, sin detalles; que en 1975 se hizo la moderna transcripción; y por último, que en 1982, cuando la transcripción fue dada a la imprenta, no se sabía con precisión en qué repositorio del Archivo Nacional de Historia estaba el cuadernillo original. Esto de que el expedientillo permaneció ignorado durante un siglo, lo confirma un decreto del presidente José Luis Tamayo, publicado en el Registro Oficial Nº 235 del 25 de junio de 1921. En lo principal, el decreto -expedido cuatro días antes de su publicación oficial- dice:

“EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

“CONSIDERANDO
“Que el 5 de Agosto de 1920 la Provincia de Esmeraldas cumplió el primer centenario de vida autónoma y no conmemoró esa efemérides gloriosa por haberse encontrado posteriormente el documento histórico que comprueba que en esa fecha Esmeraldas proclamó su independencia;

“DECRETA

“Art. 1º El 5 de Agosto del presente año celebre la Provincia de Esmeraldas de modo solemne el centésimo primero aniversario de su emancipación política, para cuyo efecto se destina la cantidad de mil sucres (……)”
“Dado en el Palacio de Gobierno, en Quito, a veintiuno de Junio de mil novecientos veintiuno.
(f.) JOSÉ LUIS TAMAYO….”.

El decreto del presidente Tamayo es revelador: en 1920 se cumplió el primer centenario del movimiento del 5 de Agosto, sin que Esmeraldas lo haya celebrado. ¿Por qué no celebró? Porque durante cien años transcurridos entre 1820 y 1920, no se había descubierto la documentación probatoria, y obviamente, no se conocía lo que había ocurrido el 5 de Agosto. Esmeraldas comenzó a celebrarlo recién a los 101 años de haberse producido el acontecimiento.

Había que buscar esa fuente primaria, a la que solo unos pocos y acuciosos investigadores han tenido acceso en Quito, pero en Esmeraldas no contábamos ni siquiera con una copia en un archivo público. Era necesario ir a Quito y hurgar en los fondos documentales del Archivo Nacional. En el año 2018, el gobierno municipal de Esmeraldas proveyó por primera vez el cargo de Jefe de Archivo Histórico, que me fue asignado provisionalmente, y en la planificación incluí la localización del infolio judicial y la obtención de una copia. Ese año fui invitado a concurrir al despacho del Ministro de Cultura, en Quito, a reuniones que tenían por objeto analizar y viabilizar, mediante cooperación interinstitucional, la ejecución de la resolución de la Asamblea Nacional adoptada el 14 de noviembre de 2017, de Reparación Histórica para la Provincia de Esmeraldas, que precisa-mente propone incluir en el debate nacional el conocimiento y el reconocimiento de la importancia del movimiento del 5 de Agosto. Aproveché esos viajes para, al final de las reuniones, visitar el Archivo Nacional.

En mi primera visita al Archivo Nacional, realizada en mayo del 2018, detecté que en los fondos documentales ya no existían las referidas Facticias de Independencia, de Rebeliones y Naval, ni tampoco el fondo denominado Causas de Estado, y con esto confirmé lo que refiere el prólogo de la publicación de la revista Cultura de 1982. Los fondos documentales estaban organizados de una manera muy diferente, con otros nombres y con nuevas subdivisiones. En la segunda visita, en agosto de 2018, di con la ubicación precisa, en la caja 237 de la Serie CRIMINALES del Fondo Documental “REAL AUDIENCIA DE QUITO, DISTRITO DEL SUR Y REPÚBLICA DEL ECUADOR”. Este no fue el único documento de 1820 que encontré; hay otros de esa misma época, que tienen mucho que ver con el movimiento del 5 de Agosto, pero el más relevante era éste; de inmediato gestioné la obtención de una copia certificada, que se concretó en el mes siguiente, y sendas copias, en físico y en digital, quedaron en los archivos del gobierno municipal de Esmeraldas. Es un cuadernillo de 69 folios, que en su rugosa portada, elaborada por la escribanía, tiene esta leyenda escrita a mano.

“Quito Año de 1820
“Testimonio“De la Causa Seguida pr. el Juzgado de Plaza contra Dn. Manuel Victor Lavayen y Dn. Ramón Yepes, sobre los atentados cometidos posteriormte. en Esmeraldas y Planes Subversivos encontrados al Primº. a consequencia. de su Prisión.

“Relator, el D.r Dn.. Luis José González “Escribª. la de Dn. Thomás de León” (sic) . Por lo visto, en 1820 don Thomás de León era escribano en Quito, es decir, era lo que hoy conocemos como notario, y el cuadernillo es una copia de un expediente judicial penal. En aquel tiempo no existían las modernas máquinas fotocopiadoras, y el copiado escribanil se hacía a mano, a renglón corrido, a dos carillas, sin el signo ortográfico punto y aparte; y en cuanto a las firmas estampadas en los documentos que se copiaban, se dejaba sentado que “hay una rúbrica” y se escribían los nombres de los firmantes, a menos que ingresara al protocolo un documento original, sin copiarlo, en cuyo caso era incorporado con las firmas autógrafas.

TESTIMONIO
El segundo renglón de la vieja portada utiliza una sola palabra: Testimonio. El Diccionario de la Real Academia Española, en una de las acepciones de la palabra testimonio, dice que es el instrumento autorizado por escribano o notario, en que se da fe de un hecho, se traslada total o parcialmente un documento o se le resume por vía de relación. Recordemos que el prólogo de la transcripción paleográfica de la revista Cultura de 1982 indica que “es un cuadernillo judicial, en buena parte fehaciente y en parte original”. Estamos, pues, ante la reproducción o testimonio otorgado por un escribano en 1820, respecto a un expediente judicial de importancia histórica. En este caso, el cuadernillo, desde el folio 1 hasta el 62, es la traslación o copia de actuaciones judiciales, hechas a mano por el personal de la escribanía, e incorporada en el respectivo protocolo; ésta es la parte fehaciente. Hay unos pocos oficios firmados de puño y letra por los funcionarios de la época que intervinieron en el proceso, desde el folio 63 hasta el 69, sobre los cuales no hubo necesidad de que los copie la escribanía; ésta es la parte original.En el desarrollo del copiado aparecen tres carátulas, cuyos textos no provienen de la escribanía, sino de los funcionarios que manejaron los procesos penales. En la foja 1 se lee lo siguiente:

“Ciudad de Quito – Año de mil ochocientos veinte – Estado Mayor de Plaza – Sumaria seguida en el Juzgado de Plaza contra Don Manuel Victor Lavayen, Don Ramon Yepes y de mas cómplices en los atentados cometidos en el Puerto de Esmeraldas, y Prisión de su Tente. Govor. Don Andres Castro; resultando a mayor abundamiento ser el Primero delos subversivos que han obrado contra el REY en la costa del Chocó, a quien se le interceptaron barios Papeles bastantemente criminales, y corren insertos en la causa.” (sic).

La palabra sumaria nos recuerda una etapa procesal que en nuestro ordenamiento jurídico estuvo vigente hasta antes del 13 de enero de 2000: el sumario, fase inicial del proceso penal que se sustanciaba por escrito y que tenía por objeto practicar los actos necesarios para comprobar la existencia del delito e individualizar a los presuntos responsables. En la fase sumaria se encontraba el proceso contra los acusados de haber apresado al teniente de gobernador de Esmeraldas, Andrés de Castro; y adicionalmente se atribuye a Manuel Lavayen algo muy grave: haber obrado subversivamente contra el Rey de España. Tal acusación contra Lavayen se basa en los papeles que le fueron incautados cuando estaba detenido.
En la misma foja 1 se ha copiado otra carátula que dice:
“Año de mil ochocientos veinte – Expediente que contiene veinte y un Documentos útiles inclusos dos oficios que tocan en alta traición ocupados a Don Manuel Lavayen, complicado en la Revolución de Esmeraldas.” (sic).
Aquí ya se califica de “alta traición” la imputación contra Manuel Lavayen, y la evidencia de esa alta traición son los documentos encontrados en su poder luego del contragolpe y la captura. Entre estos documentos consta la reproducción de una proclama del Libertador Simón Bolívar; una carta de recomendación a favor de Lavayen, dirigida a Bolívar por John Illingworth, el prócer inglés que participó en las guerras de la Independencia contra España; un detallado apunte sobre el estado de las fuerzas militares españolas acantonadas en Guayaquil; una exhortación a los guayaquileños para que se levanten contra la dominación española, y una composición que ridiculiza al rey de España Fernando VII.

En la foja 10 vuelta del cuadernillo, el texto de otra carátula anuncia: “Año de mil ochocientos veinte – Expediente criminal relativo ala conspiración ejecutada en la Provincia de Esmeraldas, contra el legítimo Gobierno y su Teniente Gobernador D. Andres de Castro, por el cura D. Ramón Estupiñán, y de mas cómplices que se citan en él.” (sic).

Un expediente criminal dentro de otro: eso es lo que anuncia el texto precedente. En efecto, desde la foja 10 vuelta hasta la foja 15 del cuadernillo constan textos de documentos y actuaciones judiciales que recogen los sucesos relacionados con la destitución y el encarcelamiento del alcalde Ramón Yepes, que ocurrieron el 26 de julio de 1820 y se constituyeron en antecedente inmediato del 5 de Agosto. Hay un parte informativo del 30 de junio de 1820, que acusa al alcalde Ramón Yepes de conspirar contra el destacamento y contra Castro en favor de los “piratas”, denominación despectiva que aplicaban a personajes como John Illingworth, que hostilizaban a las fuerzas españolas en el mar. También aparecen: el acta de detención y destitución del alcalde Yepes, su reemplazo emergente por don Xavier Torres, y la declaración del soldado Fernando Garrido, involucrado en la conspiración contra Castro.

Tres momentos importantes se evidencian al hacer el estudio del cuadernillo de 69 folios: una conspiración previa, que dio lugar a la destitución y encarcelamiento del alcalde Ramón Yepes; la detención del teniente de gobernador Andrés de Castro en la medianoche del 5 de Agosto de 1820, seguida por el control de destacamentos militares por parte de los insurgentes y la liberación de Yepes; el contragolpe del 19 de agosto de 1820, en que el soldado Manuel José Mosquera, que había liderado el operativo de captura de Castro, se alió con éste, retomó el control militar a favor del imperio español, persiguió a sus antiguos aliados, detuvo a los que pudo y los hizo procesar penalmente en Quito. Muchas de las preguntas que formulé en el primer párrafo de este artículo pueden ser contestadas a base del estudio del cuadernillo de 69 folios, pero queda pendiente aún identificar y rescatar otros documentos relacionados con el tema en el Archivo Nacional. Toda esta información tiene que ser conservada y preservada en Esmeraldas, como patrimonio nuestro.

Autor: Ab. Walter Rivera.
Historiador y Abogado.