Cuando fuimos revolucionarios: Quito inicia rebelión emancipadora

Autor: Manuel Castro M | RS 80


La Presidencia de Quito, lo que hoy es Ecuador, tiene antecedentes históricos reales de verdaderos movimientos revolucionarios, en busca de la autonomía y de la separación de España, con un profundo fervor cívico de alto interés también por parte del pueblo. Tales antecedentes fueron el proceso que condujo a la revolución democrática y republicana de Hispanoamérica, en coincidencia con cierto grado de madurez política y social.

LA REBELIÓN DE LOS ENCOMENDEROS
Es el primer movimiento radical y decidido de separatismo, sucedido entre 1544 y 1548, fue sostenido por Gonzalo Pizarro. Los historiadores han explicado que estuvo, inicialmente, en las restricciones y cercenamiento de privilegios que dictara el Rey de España, en defensa de los indios, sobre los primeros conquistadores.
Según definición oficial de 1503, las encomiendas eran un repartimiento de tierras e indios. Concesión que hacía la Corona española a un conquistador, soldado, oficial u otros, de un número específico de indios que vivían en un área particular. El encomendero debía protegerlos y evangelizarlos, una especie de “patrón magnánimo”. Consistía en un trabajo forzado y no remunerado, no precisamente esclavitud, pues los nativos no podían ser vendidos ni comprados por terceros.

Tales cercenamientos y restricciones indignaron a los encomenderos y hubo solicitudes al Rey para que las dejará sin efecto. Pero lo que precipitó la insurrección de la Colonia “con la intervención de los cabildos, clero y muchedumbres”, como consigna el historiador Óscar Efrén reyes, fue sobre todo la tiranía del Virrey Vasco Núñez de Vela, encargado de poner en ejecución las ordenanzas reales sobre las encomiendas. Tenía el encargo imponer la autoridad real en desmedro del poder adquirido por los conquistadores. Así se le encomendó asegurar el cumplimiento de las “Leyes Nuevas” promulgadas en 1542 para proteger a la población nativa del Perú. Ante esto los encomenderos organizaron una rebelión, eligiendo a Gonzalo Pizarro como su líder.

El Virrey Blasco Núñez Vela llegó a Lima, capital del virreinato, en 1544. Se hizo odioso por sus arbitrariedades llegando al extremo de asesinar con sus propias manos al Factor de la Real Hacienda de Lima don Illán Suárez de Carbajal. Para ganar popularidad los oidores de la Real Audiencia se inclinaron a defender los derechos de los encomenderos y resolvieron deshacerse del Virrey y ordenaron su prisión con el asentimiento del vecindario. Los oidores recibieron como Gobernador del Perú a Gonzalo Pizarro. Sin embargo, estando en altamar, Núñez Vela fue liberado y desembarcó en Tumbes. La rebelión contra la Corona española ya era un hecho. Los rebeldes fueron derrotados en octubre de 1554 en la batalla de Pucará. Francisco Hernández Girón, quien encabezó la rebelión, fue ejecutado en diciembre. Gonzalo Pizarro asumió como Gobernador del Perú (1544-1548).

ASESINATO EN QUITO DE PEDRO PUELLES
Representó a Quito el capitán Gonzalo Díaz de Pineda. En el mes de enero de 1546 el pueblo en armas vencía en la cercanías de Quito (hoy Santa Prisca) a Núñez Vela -que escapando del destierro se aferraba a la guerra civil- y lo aprisionaba y decapitaba. Un jefe español asumió el gobierno independiente de Quito, como agente de Gonzalo Pizarro: el capitán Pedro de Puelles, quien proclamó la emancipación completa de América (Libro Primero de los Cabildos de Quito, volumen II, páginas 167-169). Posteriormente Gonzalo Pizarro fue derrotado en la batalla de Jaquihuana (9 de abril de 1548), apresado, condenado a muerte y decapitado en las cercanías del Cuzco.
Pedro de Puelles fue uno de los pocos que sostuvo valientemente la tesis de la separación y autonomías completas, “hasta que cayó asesinado por un grupo de reaccionarios”, conforme narra el historiador Óscar Efrén Reyes. Funcionarios españoles pusieron una gran piedra con esta leyenda: “Aquí murió el traidor Pedro de Puelles”, que Reyes considera que debió ser sustituida por otra cuya leyenda debía haber sido: “Aquí murió el primer autonomista de la Presidencia de Quito, que enunció la completa independencia de América”. Las encomiendas, de todas formas, desaparecieron en 1549.



LA REVOLUCIÓN DE LAS ALCABALAS
Dentro del mismo siglo XVI fueron ya descendientes de los americanos quienes se sublevaron contra disposiciones y representantes del Rey de España. La sublevación se dio entre julio de 1592 y abril de 1593. El levantamiento popular tuvo su origen cuando Felipe II, Rey de España, expidió la Cédula Real por medio de la cual dispuso el pago de un nuevo impuesto del 2% sobre las ventas y permutas, en las tiendas y mercados, de ciertos artículos, estando exentos los indios y los religiosos por estimarlos los más pobres de la época. Este impuesto había sido creado para equipar una armada que vigilara los mares de la Indias y protegiera el comercio de las ciudades y puertos españoles de América, de los ataques de corsarios y piratas. Tributo que no se habían negarlo a pagar otras comarcas, como México. Incluso los Municipios de Guayaquil y Cuenca, correspondientes a la propia Real Audiencia de Quito, no se habían negado a pagarlo.

El Ayuntamiento de Quito decidió no aceptar dicha imposición y elevar al Monarca una petición que la exoneraba de este tributo. Como no se prestó atención a dicha petición, los miembros del Ayuntamiento acudieron ante el Procurador -don Alfonso Moreno y Bellido- para que sea él quien dirija las acciones para impedir la aplicación de dicho impuesto. Se oye hablar por primera vez de “insurgencia” que en esa época era castigada con la horca. Entonces, el presidente Barros de San Millán pidió al Virrey del Perú auxilios militares, a lo que éste respondió con una fuerte dotación de arcabuceros, al mando del capitán Pedro de Arana. Tal noticia puso alerta a los quiteños y las organizaciones populares y el Cabildo prepararon una fuerza de mil hombres para una guerra defensiva. Al poco tiempo las autoridades españolas aceptaron la mediación de fray Pedro Bedón y ofrecieron escuchar a los quiteños por lo que el pueblo depuso su actitud armada y permitió la llegada de las fuerzas de Arana sin oponer la menor resistencia.

ACTITUD VERGONZOSA DE ESPAÑOLES. CRÍMENES Y ASESINATO DE MORENO BELLIDO
Más los españoles, faltando a su palabra, desataron una feroz persecución en contra de los líderes quiteños; y organizaron un tribunal especial que juzgó muy ligeramente y los condenó a muerte. El 28 de diciembre de 1592 el procurador Moreno Bellido fue asesinado. Fue el inicio de la represión. A los patriotas se los ahorcaba por la noche para que los vean de día como escarmiento en contra del pueblo. Los revolucionarios también cometieron varios atropellos y crímenes en contra de los realistas.

Dice el Arzobispo de Quito e historiador Federico González Suárez: “Porque ya no era una sencilla oposición a las alcabalas, sino un alzamiento formal contra las autoridades de la colonia lo que se habían avanzado a proyectar algunos de los principales jefes de la sedición; y no faltó entre ellos quien concibiera aún planes más atrevidos y llegará a proponer la idea de una absoluta emancipación política de España…”

LA REVOLUCIÓN DE LOS ESTANCOS O REVOLUCIÓN DE LOS BARRIOS QUITEÑOS
En el año de 1765, coincidiendo con otras actividades subversivas en América, ocurrió un nuevo levantamiento, no sólo en la ciudad de Quito sino en diversos pueblos de la Audiencia de Quito. Fue un motín antifiscal por el establecimiento del “Estanco de Aguardientes” y el de la “Aduana” para los víveres. Las masas populares asaltaron a las fuerzas armadas que rodeaban a la Audiencia, les quitaron los cañones al grito de “Mueran los chapetones…Abajo el mal Gobierno”. La causa principal del levantamiento fue la introducción de una nueva tasa arancelaria, destinada a controlar el comercio de bebidas alcohólicas y un impuesto a las ventas.
Las muchedumbres intentaron un gobierno propio. Propusieron a Manuel Ponce de Guerrero, Conde de Selva Florida, para que entrase a ejercerlo, pero este conde criollo se negó, poniéndose más bien del lado de los españoles y -según narra Federico González Suárez-: “se dedicó a cargar el oro del Rey, personalmente, hasta lugar más seguro.”

La revolución terminó con éxito para los insurrectos. Tras varias jornadas de violencia, el virreinato se vio obligado a anular los estancos y amnistiar a los rebeldes. Además, los españoles solteros fueron expulsados de la ciudad.

LUCHA POR LA INDEPENDENCIA AMERICANA
Estos son los hechos que pusieron al descubierto aquellas ideas o aspiraciones autonomistas, en distintos tiempos, que luego en sucesivos hechos notables (10 de Agosto de 1809, las campañas libertadoras de Guayaquil, por ejemplo) terminaron en la Independencia de España. Las ideas de la Revolución Francesa (1789-1799) y la Independencia de los Estados Unidos (1776) tuvieron igual resonancia y divulgación política, con fórmulas precisas expresadas por el más ilustre de los intelectuales de la colonia: Eugenio de Santa Cruz y Espejo (1747-1795), polemista que inspiró el movimiento separatista de Quito.