“Arrarray… Que frío”

Autor: Santiago Coba | RS 67


¡Arrarrayyyy! ¡Qué frío. Ya han de creer que estoy delirando; pero no, es la verdad. Arrarrayy es lo que nos invita a gritar el sol de las mañanas. Sale, echo el tímido, pero después de un ratito, el muy … empieza a brillar y a quemar… ¡Chuta! y uno suda y suda…. Ustedes no sudarán con estos soles… no me vengan con sus mentirotas… Claro que sudan, porque las glándulas sebáceas que están bajo la piel se derriten y ¡zassss! Sale el sudor para defender a la piel. Sin el sudor, seguro que nos asáramos como cuando la “vieja” pone la carne en la sartén y sin manteca… entonces la carne se asa. Chuta, verán panas, aprenderán todo lo que les estoy enseñando.…

Pero luego, el sol se esconde tras una nube y ¡zasss! ¡chuta! ¡Qué frío! Parece que nos tocara vivir en la casa del Noel ese que disque viene cada año, pero su casa sí creo que nos abre todos los días, porque hace un frío…”brrrrr” como dicen los dibujantes de comics, cuando quieren decir que nuestras mandíbulas no se están quietas debido al frío y empiezan a tiritar.

Por eso, verán panas, comprenderán lo que les estoy diciendo: ¡Arrarrayyyyy, qué frío!

Ahuraaa que si leemos el periódico o vemos las noticias de la tele, ¡chuta! ahí sí que la cosa se complica. En otras partes han de gritar: ¡Achachayyyy, qué calor! Conste que eso del “achachay” ya ha de ser palabra del diccionario, porque, se acuerdan cuando vino ese man del Paul Mc. Carty, ese de “The Beatles” a cantar en el estadio de la Liga, ahí decía “Achachayyy” con una voz inglesa que ni les cuento. Pero bueno, ya me distraje y ahora sí que la mancita con la que ando vacilando se me ha de cabrear… es que ellita me dijo que me debo concentrar en su cariño, que no debo andar pensando en otras….cosas, sino solo en una sola, porque eso es bueno, ser fiel a la causa. Chuta que ando disvariando (sí ya sé que no se escribe así, que se debe escribir desvariando, pero es que es tan chévere eso de “disvariando” que ando disvariando más mejor). Es que como les decía, en otras partes les cae unos aguaceros… qué pá qué les cuento, de esos del hijuemadre, sin parar, montones de gotas les cae a los poverinos… que las calles se vuelven ríos, que los ríos: lagunas; y las lagunas: pequeños mares; y los mares…chuta ahí sí que no sé qué decir… los mares, mares mismo son.



Por qué tan será, pero que así es, eso es así. Les llueve a los pobres, que es un contento, les llueve de la cabeza a los pies, les moja la azotea y el subsuelo y cuando menos lo esperan, la tierra se afloja y !zasssss! les cae un deslave que sepulta casas, carros, todo mismo les hunde bajo la tierra. Y, claro, a los manes y a las manes de esas partes, les asusta, les cabrea la lluvia y se enojan, por eso digo que ellos empiezan a gritar “Achachayyyyy, que calor!
Ahora eso sí que no sé cómo explicarles. Sé cómo se forman las nubes, como caen las gotas, pero lo que no sé, es por qué en algunas partes de la geografía en las que nunca ha caídos una gota, ahora les cae hasta granizo; y en otras, como aquí, en que en diciembre hemos tenido lluvias y frío, ahora todas las mañanas, se asoma el sol y ¡zassss! Tenemos que gritar “Arrarrayyy, que frío”. Pero eso es culpa del “jucho” ese del editor, que no me quiso enviar a París, para “reportear” la reunión cumbre del calentamiento global. Como no me mandó, ‘tonces no aprendí todas las maravillas que allí se dijeron y que, allí los manes esos de los presis… hablaron y conversaron, y entonces, yo y ustedes nos quedamos de ignorantes (verán que ignorantes, quiere decir, que ignoran, es decir que no sabemos).

Ojalá, el man ese entienda que tiene que mandarme con pasajes, reservaciones en hoteles cinco estrellas y viáticos incluidos a esas reuniones internacionales, porque yo, como soy bien pilas, puedo aprender y enseguida vendré a contarles el chisme de esas cosas del calentamiento global, porque aunque no lo crean, el calentamiento global sí que está calentando la olla y si no hacemos algo nos vamos a cocinar.