10 señales de que tu hijo tiene ansiedad

Cuando un adulto puede reconocer los signos de estrés y busca ayuda, es mucho más fácil para los niños.

El niño no entiende qué le pasa exactamente, no sabe cómo deshacerse de su mal humor. Por eso es importante que veamos estas señales a tiempo y ayudemos al niño a afrontar esta situación.

 

 

¿Cómo se manifiesta el estrés y cómo puede ayudar a su hijo?

1. Regresión

Esto significa un regreso a las formas de comportamiento de la primera infancia: el niño comienza a chuparse el dedo, llora cuando su madre se va, moja la cama, se cuelga de los adultos, requiere atención constantemente. ¿Qué hacer? No es necesario interferir con la «regresión» del niño. Todo lo que necesita es ser acariciado en este momento y tranquilizado. Espere a que pase la regresión, pasará.

2. Miedos

Si un niño de repente desespera, significa que claramente está bajo estrés. Se debe alertar a los padres si el niño cierra las puertas en todas partes, verifica todo el tiempo si la cerradura está cerrada con llave, enciende la luz en todas partes. Ya le tiene miedo no solo a una habitación oscura, sino también a las imágenes en la pared, al ruido en las escaleras y al silencio. ¿Qué hacer? Involucre activamente al niño en el juego, dibujando: ambas actividades funcionan bien. Con su ayuda, intente comprender los orígenes del miedo o escuche en silencio las conversaciones de un niño con juguetes.

3. Agresividad

Si notas que tu bebé, antes tan complaciente y simpático, sin motivo alguno empieza a ser grosero, a responder bruscamente, a pelear, a tirar juguetes y libros a la pared, a golpear a los demás, debes saber que son signos de estrés. ¿Qué hacer? La agresión no se puede prohibir, es mejor tratar de traducirla en otras formas: enseñarles a defender su caso, a analizar la situación juntos. Busque una salida constructiva para la energía acumulada del niño: deportes activos, juegos al aire libre con otros niños, organice una pelea de títeres.

4. Cambios de humor

El niño es irrazonablemente quisquilloso, puede echarse a llorar fácilmente por una razón insignificante y luego, por el contrario, se vuelve demasiado agresivo. Los niños mayores a menudo tienen rabietas o un estado de ánimo depresivo que dura días, semanas; todo esto también debería alertar a los padres.¿Qué hacer? Hable de corazón a corazón con su hijo, descubra lo que le preocupa. Enséñele a comprender y expresar constructivamente sus emociones. Preste atención incluso a los logros más pequeños. Lleve un registro de la rutina diaria de su hijo, su dieta y su sueño.

5. Problemas de salud

Los padres a menudo se confunden con síntomas inexplicables: vómitos, indigestión, erupciones cutáneas, fiebre, dolor abdominal y otras rarezas; todo esto puede ocurrir por nerviosismo si el niño está muy preocupado.¿Qué hacer? Para empezar, establecer un clima psicológico en la familia, comprobar si las exigencias de la familia y la escuela difieren demasiado. Deben ser claros y coherentes. Lo ideal es trabajar con un psicólogo infantil sobre la autoestima del niño y asegurarse de comprobar si el hijo o hija tiene tiempo y espacio personal.

6. Sueño inquieto

Cuando está estresado, quedarse dormido se convierte en un tormento cotidiano con rituales obligatorios: encender la luz, cerrar la cortina, mirar quién está en la ventana, tomar mi mano, etc. El niño comienza a dormir menos y eventualmente experimenta fatiga crónica.¿Qué hacer? Los masajes relajantes, los ejercicios de respiración y los ejercicios de imaginación ayudan con el sueño inquieto. Además, son útiles la aromaterapia, los masajes con aceites esenciales, los baños aromáticos. Puedes comprar una almohada de hierbas para tu bebé.

7. Disminución del rendimiento académico

El hecho de que el niño se encuentre en un mal estado psicoemocional está indicado por signos tales como deterioro de la memoria, dificultades de imaginación, falta de concentración, pérdida de interés en todo lo que antes despertaba curiosidad.¿Qué hacer? Tome interés en las actividades escolares de sus hijos diariamente. No se limite a la pregunta de servicio «¿Qué calificaciones?», Pregunte sobre sus sentimientos, estado de ánimo, apoyo. No escatime en elogios, observe incluso los logros más insignificantes del niño. Si es posible, ayude a su hijo a completar las tareas difíciles.

8. Fatiga rápida

Pobre concentración y memoria, dificultad con el estudio, que solía ser fácil. El niño se cansa rápidamente después de una carga, distraído, olvidadizo, inquieto.¿Qué hacer? Aprende sobre las experiencias y emociones de la infancia. Para que su hijo se sienta apoyado, asegúrese de que sepa que usted está disponible cada vez que quiera hablar con usted sobre sus problemas. Aprecie a su hijo en todas las situaciones y abrácelo con la mayor frecuencia posible.

9. Aislamiento

El estado de estrés psicológico puede manifestarse en un niño con miedo a los contactos, luchando por la soledad. Deja de participar en los juegos de sus compañeros, tiene dificultad para mantener la disciplina.

¿Qué hacer? Primero necesitas lidiar con la situación estresante; si el niño actualmente no tiene los recursos para comunicarse, no insista. Si quiere, ayude al bebé a hacer amigos primero con un niño: vayan juntos al parque o al teatro. Los entrenamientos comunicativos para niños (por ejemplo, clases grupales de terapia de arena) ayudan a enfrentar este problema.

10. Signos compulsivos

Enredarse el cabello alrededor de los dedos, toser, sacudir las manos, sacudir la cabeza, contraer los hombros, jugar con los genitales, la incontinencia urinaria nocturna e incluso diurna y la tartamudez son indicadores de un estado estresante en un niño.¿Qué hacer? La actividad física adecuada puede ayudar a un niño a sobrevivir al estrés: caminatas diarias, jogging, ciclismo, ejercicios matutinos. El niño debe poder deshacerse de las emociones y relajarse por completo, relajarse después de un día difícil.

Si la situación se sale de control, no descuides la ayuda de un psicólogo infantil y un neurólogo.

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Cada uno de los signos anteriores puede indicar que el bebé está bajo estrés. Esté atento a su hijo: si los padres ignoran estas señales de alarma, esto no solo puede provocar problemas de salud persistentes en el bebé (por ejemplo, neurosis crónica), sino también afectar la formación de sus cualidades personales.(IA)