Sudan y sudan

Rocío Silva

Se esperaba que este último año de los gobiernos seccionales, traería las consabidas carreras por la reelección o las más avezadas intenciones para las candidaturas a los próximos comicios, para todos los rincones del país. Lo que no se esperaba es el desparpajo a elevada potencia, de varias figuras políticas del país, como son Xavier Hervas, Cinthya Viteri, Rosa Cerda, Gisella Molina, Edgar Quezada, Celestino Chumpi, Cristian Yucailla, y el asesor de este último, Marcelo Rosero.

El excandidato a la presidencia de la República, de la patineta naranja, Xavier Hervas, tiene una confusión entre la semántica de sus impuestos personales y la de las contribuciones fiscales de sus empresas. Sigue repitiendo las muletillas de campaña, mientras intenta desenrollarse del embarazoso lío en que se ha metido, acude a los temas del diálogo y la concertación, al apoyo brindado a Lasso en la segunda vuelta, desde una forzada humildad, entre dientes y de soslayo dice que él no es el evasor, tibio muy tibio Hervas suda y suda.

Cynthia Viteri, la alcaldesa de Guayaquil, que se ha especializado en romper las convencionalidades, ha enviado una felicitación al Presidente tras la orden dada al SRI de investigar los ingresos y los pagos de impuestos de Joaquín Villamar, su exesposo. Diario Expreso, ha denunciado que Villamar los últimos dos años compró lotes por más de 9 millones de dólares, en una zona de alta plusvalía en Guayaquil, tal vez, la alcaldesa trata de poner jeans rotos y tatuajes a un posible tráfico de influencias en la compra de terrenos en una zona donde el Municipio, administrado por Viteri, ha hecho inversiones por 42 millones de dólares.

En tanto los asambleístas de Pachakutik, escudados en el “ama llulla”: Rosa Cerda, Gisella Molina, Edgar Quezada, Celestino Chumpi, Cristian Yucailla, y el asesor de este último, Marcelo Rosero; han intentado responder en un sainete grupal, sin que ello implique que hayan estructurado un mismo relato, hablan de reuniones con el Presidente, al instante lo niegan, les asfixia la tos, reconocen no tener puestos en sus provincias, mueven estrepitosamente las manos, y sudan y sudan.

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