Eddy Arrobo Rodríguez
A las puertas del nuevo proceso electoral, para elecciones seccionales, los actores políticos tienen el plazo hasta el 20 de septiembre del año en curso para proceder a la inscripción de sus candidaturas, las cuales deberán cumplir con la participación de un 30% de mujeres y un 25% de jóvenes, esto como requisito sine qua non con el objetivo de participar en las elecciones que se realizarán el domingo 05 de febrero del 2023, donde se elegirán prefectos, viceprefectos, alcaldes, concejales urbanos y rurales como así también vocales de las juntas parroquiales.
En este desarrollo de elecciones de dignidades no se ha generado ese fervor de júbilo y civismo de amor a la patria, más bien la ciudadanía ve con total incredulidad y desazón como los caciques dueños de los partidos y movimientos políticos, hacen sus alianzas de acuerdo a su conveniencia, sin importarles los problemas agobiantes como lo es la carencia de los servicios básicos, trabajo, salud, educación, salubridad y seguridad. Al eludir sus responsabilidades, al no haber ese compromiso de los candidatos con su gente, trae consigo vergüenza, ira y desconfianza en los sufragantes.
Una vez más iremos por obligación a las urnas, donde muy pocos ejercerán un voto reflexivo en pro de elegir a quienes se han destacado en su quehacer profesional al servicio de la colectividad. No obstante, la masa amorfa sin conciencia crítica estará presente para dejarse llevar y justificar el mal accionar de una mediocre, mezquina, prepotente e inconsciente clase política que se forja bajo las sombras de mercaderes que salen a la luz en cada contienda electoral para financiar a candidatos sin escrúpulos morales y sociales, que se someten a las imposiciones de los dueños de las chequeras, que buscan afanosamente manejar las instituciones y por ende la contratación y compras públicas para recuperar sus inversiones.