Esperar ≠ quietud

Es tiempo de ver atrás
Es tiempo de ver atrás

Pablo D. Punín Tandazo

Muchas veces se nos ha repetido que lo bueno tarda en llegar, que mientras más larga la espera mejor será lo que esperamos y que la paciencia es una virtud que trae grandes recompensas. Bueno, puesto esto podrá ser cierto o no, pero lo que vamos a discutir aquí es si esperar es lo mismo que estar quietos, como parece que confundimos algunas veces.

Esperar significa creer, saber o tener la esperanza de que sucederá algo, mientras aguardamos durante un tiempo a que ocurra. Quietud, por otro lado, se utiliza para nombrar aquello que no se mueve, a la falta de acción o actividad. ¿Se puede esperar en quietud? Sí, se puede, pero no es la única manera. Entonces ¿esperar y quietud son sinónimos? En absoluto.

La diferencia parece clara, pero muchas veces, cuando la espera tarda un poco más de lo que pensábamos, comienza a incomodar. Surgen las preocupaciones, las dudas y la ansiedad, que suelen llevar a la decepción, la resignación y, al final, a la quietud. Esa quietud que, sin darnos cuenta, aleja aún más lo que tanto anhelamos y esperamos.

¿Cómo lo aleja? Muchas respuestas sobre el presente están en nuestras acciones del pasado. Lo que hacemos hoy es uno de los grandes predictores del futuro. Podemos desear un nuevo trabajo, una ciudad distinta, mejores representantes, una sociedad menos desigual, una nueva realidad, pero si no nos movemos buscando los cambios que queremos, la espera seguirá creciendo porque se seguirá alimentando de nuestra pasividad.

Podemos hacer mucho con poco. Desde cambiar nuestros hábitos para enseñar con el ejemplo, hasta exigir con fundamento y proponer con criterio. En ocasiones, el cambio que esperamos empieza por nosotros mismos. En otras, aunque no dependa de nosotros, sí podemos ayudar a que se dé. Necesitamos empujar, seguir y luchar, porque si seguimos esperando quietos lo más probable es que nunca dejemos de esperar.

¡Movámonos!

[email protected]