Pablo Javier Villavicencio García
La elección de un alcalde o alcaldesa es importante, pero no es el único factor que determina el éxito o fracaso de una ciudad. Es esencial recordar que el cambio real no depende únicamente de quien sea investido de autoridad, sino también de la participación de cada ciudadano.
Cada uno de nosotros tenemos el poder de contribuir al desarrollo de nuestra ciudad a través de nuestras acciones diarias. Podemos comenzar por cuidar nuestro entorno y fomentar una cultura de limpieza y conservación, inclusive involucrarnos en proyectos comunitarios y organizaciones que buscan mejorar la calidad de vida.
Además, es importante ser críticos y participar en la toma de decisiones de nuestro municipio. Podemos hacerlo a través de la intervención en foros y debates públicos, o mediante la presentación de peticiones y propuestas a nuestros representantes.
Nelson Mandela en su interés por liar los bártulos del mundo para mejorarlo, nos aleccionó que el cambio comienza con nosotros mismos y cada uno tenemos el poder de contribuir al desarrollo de nuestra comunidad, por lo que es necesario ser conscientes de ello y actuar en consecuencia. Ser conscientes de nuestra capacidad de contribuir al desarrollo de nuestra comunidad significa tener cognición de nuestras acciones y su impacto en el entorno. Esto implica tener una perspectiva amplia y considerar las consecuencias a largo plazo de nuestras decisiones, no solo en nuestra propia vida, sino también en la de las personas que nos rodean.
La idea es que, siendo conscientes de nuestra capacidad de contribuir y actuando en consecuencia, podamos aportar un granito de arena al desarrollo de nuestra comunidad, y lograr juntos un cambio real y duradero.