Del postureo al delito

Del postureo al delito
Del postureo al delito

Álvaro Peña Flores

Un reel, una historia, un estado, una publicación. Es el día a día de todos quienes hacemos uso de las redes sociales. En la mayoría de los casos mostrando de más nuestro cuerpo y con ello exponiendo nuestra seguridad y por otro, la dignidad denostada. Todo con consentimiento de los involucrados. Vivimos tiempos muy peligrosos.

Lo ocurrido con la detención de la influencer Luisa Espinoza el pasado martes por presunto delito de pornografía infantil nos da algunas pautas que la mayoría de las personas desapercibimos. Es tanto el material lascivo, sexual y pornográfico que existe en redes sociales que, viciados en compartir y observar no nos damos cuenta a lo que estamos expuestos. En días anteriores escribía acerca del impacto que los influencers hoy en día tienen en la sociedad, sobre todo en los más pequeños que están desarrollando la curiosidad y con ello el descubrimiento del mundo. Irónicamente, ser influencer, es la “profesión” más deseada hoy en día en Latinoamérica y en el país.

¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Quién financia estas mafias? Se escucha a diario que matan a los influencers en el Ecuador y el mundo. El Estado debe poner freno total al incremento desmedido del negocio de los influencers, así como controla a los empresarios y emprendedores. Sin justificar el delito de la influencer Espinoza, creo que los padres tienen mucho que ver en este asunto, hay mucha permisividad con nuestros hijos en cuanto al uso y al abuso de los aparatos electrónicos. Es común ver adolescentes semidesnudos con frases inspiradoras en redes sociales.

Así como el Estado de manera urgente debe poner cartas en el asunto, los padres deben tomar las riendas en la crianza de sus hijos, las escuelas y colegios hacer lo propio, la justicia debe actuar como corresponde.

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