En el país de los privilegios

Es tiempo de ver atrás
Es tiempo de ver atrás

Pablo D. Punín Tandazo.

En el país de los privilegios lo normal es extraordinario, como ocurre con lo correcto; y, lo inusual se vuelve habitual, como pasa con la corrupción. Esta última es hábil para camuflarse, a veces de justicia, otras veces de verdad. Lo duro de ella es que, mientras más se acerca, aleja las oportunidades de quienes ruegan por tenerlas.

Aquí la indignación es frecuente, pero eso no significa que esté presente en toda ocasión. Se grita fuerte cuando conviene y se enmudece cuando no, huyendo de la coherencia y poniendo precio a la razón.

La viveza se maquilla de astucia y la integridad está prófuga de manos que quieren su desaparición. La confianza se perdió buscando la transparencia, y los últimos que las vieron, dicen que salieron por la parte de atrás. Hoy dudar, hasta de lo correcto, es lo común.

Aquí la eficacia es servil a quienes tienen el poder de pagarla, mientras tanto, los que no, conviven con el dolor. La justicia escapó lejos y muy pocos la llegan a ver. En su lugar quedo el arbitrio, dominando todo lo que se podría creer.

Debemos buscar que los primeros en la fila sean quienes más lo necesitan. Las instituciones deben estar al servicio de la verdad, volviéndose inmunes a los ataques del poder. Habrán ocasiones en las que debamos ceder nuestro puesto o defender el de aquellos a quienes se lo intentan arrebatar. Entonces, les pregunto, ¿estamos dispuestos a empezar?

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