Brechas incalculables

Positividad tóxica
Personaje lojano

Álvaro Peña Flores

Las brechas afectivas que está dejando la pandemia realmente son incalculables y devastadoras. Es increíble pensar que tantas personas tan queridas y tan cercanas se nos estén yendo. Realmente la situación es insostenible. ¿Qué pasó? Irresponsabilidad. No es hora de echar la culpa a nadie, el gobierno y las autoridades han hecho lo que buenamente han podido dentro de sus limitaciones, que también son grandes; dada la coyuntura global.

Nosotros los que aún quedamos pues, en gratitud a la bondad de Dios y de la vida que aún nos mantenemos incólumes estamos llamados a colaborar y ayudar a las autoridades. Todos hemos sido irresponsables en alguna instancia de este periodo, es verdad, quizá por negligencia o realmente necesidad, pero hemos traspasado los límites del cuidado y respeto por el otro; pero es tiempo de hacer conciencia y no bajar la guardia; a su vez, doblar rodilla ante Dios y a ser empáticos unos con otros.

Recién pasamos un periodo de campaña política que más allá de aunar esfuerzos y unirnos, nos ha polarizado. Todos defendiendo posturas e ideologías que ignoramos, como ignoramos la verdadera situación que el mundo está pasando y que nos ha cobrado con facturas elevadas e impagables, indolencia y egoísmo. Este tiempo se ha convertido en un espacio de discernimiento y de análisis personal y colectivo… ¿Hasta dónde estamos dispuestos a hacer el bien los unos por los otros? ¿Te mueve el sufrimiento y la necesidad de tu amigo, tu hermano o conocido? Ojalá sea así y esa actitud se convierta en un estado de ayuda mancomunada, y no se trata solo de dar o regalar bienes materiales, sino de ser empáticos y verdaderos seres humanos. Definitivamente la mejor inversión que los gobiernos y las personas pueden hacer es en humanismo y amor, solo eso transforma el mundo.

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