¿Año y medio para qué?

Cecilia Chacón
Cecilia Chacón

La teoría del desencanto, plantearía que el próximo gobierno es absolutamente un gobierno de transición, que en los últimos 100 años esta falacia democrática de la muerte cruzada, es y fue para darle chance a movimientos y partidos políticos que se quieren tomar por la fuerza el país, ya que los paros, las rabietas, los juicios políticos y más, no les dio resultado; pues al parecer no hemos sido tan ingenuos como ellos piensan.

¿Realmente se puede gobernar y promover cambios esenciales en tan poco tiempo? Es decir, hay chance y condiciones para una vez ganadas las elecciones, exista el camino para armar rutas de trabajo viables, con acciones concretas que al siguiente día le den al Presidente la certeza que está haciendo lo que debe hacer, en el menor tiempo, con poca plata y con un equipo de ministros que se activen y no busquen la farándula politiquera, llenarse de escoltas, hacerse los exquisitos con el mando remoto y hacerse los alajas diciendo que por fin se está haciendo lo que nadie ha hecho?

Ya estoy curada como la gran mayoría de ecuatorianos de tanta refundación, pues año y medio para la gente de a pie es mucho tiempo, pues el hambre no espera, las deudas no esperan, abrir el negocio sin vacunas no espera, mandar a los hijos a la escuela con un buen desayuno no espera, salir a trabajar sin que se encuentre con la balacera no espera.

Año y medio es el tiempo necesario para crear condiciones que le lleven a salir de la apatía absurda de la inacción, es el tiempo para darle señales claras a los organismos internacionales de que Ecuador está listo para recibir inversión, que podemos cercar a la delincuencia, retomar la paz real y con mano dura, propiciar iniciativas productivas y financieras, consolidar a las instituciones en verdaderos brazos ejecutores de la política pública.

Entonces, año y medio no es igual a transición, es la oportunidad de hacer las cosas bien, es dar valor al voto ciudadano con poder de decidir por el futuro inmediato de este país caotizado.