¡Adiós Diario El Comercio!

Iván Paredes

La maldad logró su cometido, que se cierre el Diario El Comercio.

Historia, popularidad, tradición, es lo que vamos a dejar de obtener con su partida; no es, solamente, el cierre de una empresa privada, es todo lo que ha significado para el Ecuador; más allá, de su posición conservadora y política, se convirtió en la compañía de las familias ecuatorianas y, del mismo ciudadano.

116 años de vida se han terminado, es decir, desde el 1 de enero de 1906, formó parte de los medios de comunicación ecuatoriana logrando ingresar a los hogares, en especial, de la sierra ecuatoriana ganándose el prestigio y reputación a nivel nacional e internacional que solo las grandes empresas pueden lograr. La nostalgia nos invade, porque sus creadores fueron notables tungurahuenses. De la mano de los hermanos César y Carlos Mantilla Jácome, oriundos del cantón Píllaro, conjuntamente, con nuestro gran ilustre Celiano Monge, ambateño que demostró grandes dotes de escritor, pensador, educador que, en sus mejores momentos estuvo junto a Juan Montalvo, compartiendo el periodismo y dejando en alto el pensamiento y virtud de los verdaderos ambateños poetas e intelectuales, con José Alejandro Mata deciden crear Diario El Comercio, en la ciudad de Quito, imprimiendo 500 ejemplares de su primera edición.

No pudo escapar del asedio de aquellas mentes mezquinas y criminales que fustigaron por 10 años a la prensa nacional, con el único propósito de satisfacer sus malsanos intereses y coartar la libertad de expresión impulsada por la ignorancia e ignominia de quienes no pudieron demostrar cualidades eruditas por su escaso intelecto. Pero, a los compinches que fueron y son parte de esa caterva, están plenamente identificados; más aún, porque destruyeron la pluma y pensamiento de nuestros insignes próceres, o será, porque su ascendencia no es ambateña y desconocen de la historia de Tungurahua.