Vicente Maldonado Quezada
Nosotros, como padres, siempre soñamos con que nuestros hijos tengan un futuro próspero y bendecido. María de El Cisne, recuerdo cuando naciste; eras una bebé pequeñita e inocente. Te tuve entre mis brazos por primera vez e imaginé cómo sería tu vida. Siempre quise que fuera especial y que pudieras cumplir todos tus deseos y sueños. Ahora que te veo formada, pienso que todo lo que deseaba para ti se está cumpliendo. ¡Felicidades, mi niña preciosa!
Mi amor, eres muy inteligente y segura de ti misma. Por eso, te deseo toda la felicidad y todo el éxito en el desarrollo de tu vida. ¡Eres mi orgullo, hija querida! He buscado las palabras correctas para decirlas en este momento, pero lo único que puedo mencionar es que te amo y que me siento sumamente orgulloso de ti.
Hoy, en este día de tu graduación, te deseo toda la felicidad del mundo. Espero que mis enseñanzas te sirvan para guiarte en el camino que ahora emprenderás. Que siempre seas brillante y, sobre todo, segura en tu caminar. María de El Cisne, no hay palabras que describan lo orgulloso que me siento de ti, mi ángel. Has cumplido una meta maravillosa y lo hiciste en compañía de Lilian de los Ángeles, tu linda madre. Mi niña linda, esta satisfacción que me has dado no se compara con nada en el mundo. Eres un sueño hecho realidad y, en el día de tu graduación, quiero que sepas que no hay nada en el mundo que pueda detenerte para que cumplas tus sueños. Así que lucha por ellos.
María de El Cisne, que alcances las metas a lo largo de tu vida me llena de orgullo, pero es más significativo ser el padre de la hija ejemplar y dispuesta a superar obstáculos con tal de alcanzar tus sueños. No basta con hacer las cosas; es la disposición con que lo haces. Mereces alcanzar muchos sueños y que Dios te siga fortaleciendo.
Mary, que los éxitos te sigan y nunca se aparten de ti. A donde vayas, las puertas de las oportunidades se te abran. Aunque te acabas de graduar, para mí, ya eres una profesional en lo que haces. ¡Te admiro por todo, mi amor!