¿Y si juntamos las manos?

Rosalía Arteaga Serrano

La necesaria pausa que debemos hacer en estos tiempos de Noche Buena y Navidad bien puede servirnos de reflexión sobre la necesidad de trabajar en conjunto, de hacer las cosas bien, de poner toda nuestra voluntad al servicio de las causas que como país nos convocan.

No estoy proponiendo un pensamiento único, más bien la diversidad nos debe ayudar a encontrar los puntos de convergencia y decidir qué es lo que nos conviene como sociedad, como nación, sabiéndose que un grupo humano no puede progresar si no se presta atención a temas como educación, salud, empleo, seguridad.

La decisión de tomar ciertos rumbos está en manos de los gobernantes, pero recordemos quién elige a las personas que nos gobiernan, además que siempre hay forma de incidir en su accionar a través de la opinión pública que se expresa en los medios de comunicación, en las redes sociales y, desde luego, debe encontrar ese sistema de pesos y contrapesos en las otras funciones del Estado.

Desafortunadamente vemos que, sobre todo en estos últimos tiempos, tenemos una especie de todos contra todos, una falta de sindéresis, de pensamientos coherentes y que nos conduzcan a posibilidades de viabilidad como conjunto.

En este sentido, valiéndonos de lo simbólico que entraña, proponemos agarrarnos de las manos, sin soltarlas, hasta encontrar el camino, la vía para que podamos trazar un destino que no esté acosado por la lucha, la inseguridad, la desesperanza.

Juntemos las  manos, sí, con entusiasmo, con la energía suficiente para que no fallemos en nuestro empeño, encontremos ese destino común, al amparo de las celebraciones de la Navidad y del Fin de Año.