Un llamado a la academia

Sofía Cordero Ponce

Iniciamos el 2024 con una verdad irrefutable: los vínculos entre el crimen organizado y la política marcan el rumbo de nuestra democracia. La supervivencia de las democracias depende en gran parte, del valor que le otorguen los actores políticos y de su comportamiento moderado o radical. Guillermo O’Donnell y Phillippe Schmitter, dos estudiosos de la política latinoamericana, enfatizaron en la importancia del rol de las élites políticas, sus compromisos y decisiones estratégicas, para el fortalecimiento de la democracia. Esto quiere decir, que la capacidad de las élites de apreciar el valor intrínseco de la democracia, define sus acciones. Nuestra clase política hoy, salvo contadas excepciones, demuestra no valorar la democracia. Unos defienden intereses inconfesables, y otros se han convertido en cómplices de aquello mediante supuestos pactos de gobernabilidad. La nueva generación en la política, sostiene un discurso que, por pretender romper con la polarización, carece de argumentos e identidad.

En este escenario, la defensa de la democracia se convierte en un desafío para la sociedad civil. El periodismo, por ejemplo, ha demostrado su compromiso con la democracia develando las tramas del crimen organizado y sus vínculos con la política. Se han sumado a esa lucha aquellos que, desde un sistema de justicia destruido, han optado por defender lo poco que queda del Estado de derecho, con Diana Salazar a la cabeza. El costo para unos y otros, ha sido el miedo y hasta la muerte.

La academia, por su parte, se mantiene en silencio frente a preguntas que resultan urgentes: ¿Cómo analizar la democracia a la luz de la narco-política? ¿Cuáles son las posturas y las herramientas conceptuales y metodológicas adecuadas para hacerlo? ¿Cómo no tener miedo de hacerlo? Sin tener claras las respuestas, sabemos que es necesario generar un acuerdo común que surja del compromiso con los principios y valores democráticos, aquello que Scott Mainwaring y Aníbal Pérez Liñan llamaron preferencias normativas por la democracia. Se trata de potenciar el análisis académico colectivamente, para que valga la pena asumir el riesgo.