Salvatore Foti
Si se confirma la noticia de que Estados Unidos ha firmado un acuerdo con el gobierno ecuatoriano para ayudar en la lucha contra el narcotráfico —incluso con el envío de soldados y barcos estadounidenses—, por fin podríamos entender las razones que llevaron al gobierno actual a permitir que la criminalidad y la violencia se apoderaran del país sin que nadie hiciera nada. Significaría que era necesario crear las condiciones y la desesperación que vivimos hoy en día para que la población aceptara de buen agrado la intervención estadounidense que, como la caballería, llegaría para ‘rescatarnos’.
Sin darnos cuenta y sin pedirnos permiso, un gobierno falto de autoridad moral habría tomado una de las decisiones más trascendentales en temas de política exterior e interior, con un desprecio monumental hacia la ciudadanía, pues todo se ha llevado a cabo sin la debida transparencia. Podríamos inferir que, al igual que en Colombia, pronto llegarán recursos económicos ‘desinteresados’ a nuestro país, como lo venía solicitando el presidente Lasso desde hace tiempo. Sin embargo, también podrían surgir, como ya ha ocurrido, la misma violencia y los mismos problemas que se dieron en su momento en el país vecino.
Es una pena que solo a escasos meses de dejar el poder, hayamos comprendido que el presidente de la República estaba más interesado en llevar adelante una agenda extranjera que una agenda nacional.
Por esto se han dedicado tanto a desmontar todo el aparato estatal y sus instituciones para seguir un plan estratégico que se ha desarrollado a punta de asesinatos, magnicidios, acuerdos secretos y mucha violencia. Seguramente se avecina una época mucho más oscura, ya que, aunque otros sean los que proporcionen el dinero, nosotros seguiremos pagando con vidas, sufrimiento e inestabilidad social.