¿Qué puedo hacer yo?

Estamos en un período del año en el que se acostumbra a hacer reflexiones de diverso tipo, muchas de ellas de corte individual, con análisis de lo que pudo haber sido y no fue, con remordimientos por cosas que se hicieron mal o que simplemente dejamos pasar, pero creo que es necesario mirar el futuro y actuar en consecuencia, demostrar que podemos ser proactivos e incidir en lo que ocurrirá de manera positiva.

Si nos quejamos porque el dinero no nos alcanza para nada, que nos agarran los apuros y no hemos conseguido guardar ningún dinero, conviene repensar en lo que gastamos y cuáles son nuestras prioridades, dejar de consumir lo que no es necesario y a veces hasta nos hace daño, y reservar una pequeña parte de lo que gastamos para iniciar un ahorro que nos vendrá muy bien a la hora de la necesidad, de la enfermedad y hasta de la pérdida de un trabajo o un ingreso que considerábamos seguro.

Si constatamos los desbalances que se producen en el clima, tal vez, en lugar de quejarnos por la inacción de los gobiernos o de los otros, podemos empezar ahora mismo una práctica de reciclaje, de separación de la basura, de dejar de mezclar los desperdicios orgánicos con los cartones, los papeles, los vidrios o los plásticos, seguro que encontraremos quienes aprovechen de esa separación y transformen los residuos en recursos.

Si vemos que prolifera la desnutrición infantil, podremos pensar en no desperdiciar la comida que compramos y que con facilidad arrojamos a la basura; con seguridad habrá en nuestro propio vecindario o un poco más lejos, quienes aprovechen la comida que nosotros nos apresuramos a desechar.

Si sentimos que las enfermedades hacen fácil presa de las comunidades menos protegidas, podremos tal vez pensar en un banco de medicinas que ya no usamos, aquellas que se quedaron en el botiquín o porque compramos en exceso o porque cambió la prescripción. Hay muchas personas que no tienen acceso a ningún tipo de medicina.

Si vemos que la calidad de la educación disminuye, una opción puede ser ayudar a reforzar con nuestros conocimientos a aquellos más jóvenes o que tienen menos acceso a un establecimiento educativo, para brindarles apoyo, soporte y enseñanzas.

Como vemos, hay muchas cosas que podemos hacer desde nuestros espacios personales por la comunidad.