No hay todo…

Pablo Escandón Montenegro

Que los hospitales públicos y de la Seguridad Social tienen todo el recurso humano capacitado es muy cierto, pero también es mucho más que no cuentan con todos los equipos e insumos para la atención de los pacientes.

Del otro lado están los hospitales privados que, ante una emergencia, funcionan como en las series de televisión gringas donde los guapos médicos y las sexis enfermeras deciden quién se queda y quién no porque el seguro médico o la capacidad de pago les permite quedarse y ser atendidos.

Pero también están los agentes administrativos que aun siendo médicos se comportan como gerentes y agentes vendedores de seguros, que solamente miran los procesos corporativos y financieros y no la urgencia ni la realidad del paciente y su familia.

Que en los hospitales del sector público no hay insumos y que faltan medicinas y hay que salir a comprarlos donde sea, y que tener un paciente en cama es un compromiso familiar de estar con el enfermo de manera que no se sienta solo, pero también porque en el momento menos esperado, los médicos solicitan medicinas y hay que salir disparado a comprarlas.

El sistema médico del país no es perfecto. Ni en el sector público ni en el privado, pues donde en el uno abunda, en el otro, falta; y viceversa.

No hay todo, pero es lo que hay, dijo un médico al recibir a un pariente, y su sinceridad mostró su compromiso de trabajo y demostró que aún es fiel a su juramento hipocrático, mientras que, en otras casas de salud, privadas, al mismo pariente lo sacaron porque no tenía cobertura de seguro, porque para ellos, el paciente estaba fingiendo, o lo más fácil: era un diagnóstico desconocido para su personal, pero más fácil era decir que eso le pasaría en casa con una medicina.

No hay todo, muy cierto, y lo que menos hay, en muchos casos, es criterio y humanidad.