El vivo no tan santo

Pablo Escandón Montenegro

El calendario católico recuerda hoy a todos los muertos que están beatíficamente frente al Creador. Pero este día no es para los muertos vivientes, que ayer tuvieron su fiesta, porque ellos son ‘no vivos’.

¿Por qué es un no vivo? Porque los zombis no pertenecen a ningún plano espiritual ni espectral; su cuerpo está ávido de comer carne fresca o cerebros, este órgano escasea mucho en la política actual y lo que más se consume, a manera de ‘fast food’ es la viveza para los negociados y para las trapacerías. O sea que hay muchos muertos vivientes, que son vivísimos.

Pero ojo, no todos los muertos son santos, los que están casi erguidos y que arrastran sus pies, caminan con dificultad y tienen la mandíbula desencajada para que seseen todo el tiempo, esos no son santos, por más que recen el rosario todos los días y sean parte de la cofradía del pupo de madre amantísima del quinto milagro.

El muerto viviente máximo sigue haciendo de sus vivezas: ahora con los recortes de energía eléctrica, hizo que el comercio se dinamice pues nos asustó con la oscuridad y muchos compramos generadores, cocinas a gas, velas, baterías; así se ‘avivó’ el consumo de este tipo de productos.

En los comercios las cocinetas a gas se agotaron en tres días, pues muchos nos entregamos a la matriz energética eléctrica en todo el domicilio y desechamos el consumo de gas… hasta que llegó el anuncio y volamos a comprar cilindro y cocineta.

Pero luego, el ministro no tan Santo salió a decir que se disminuirían de cuatro a dos horas los apagones, luego de que el domingo no hubo cortes. La santurronería de los vivos fue mayor y en ello caímos los crédulos.

Tenemos un Gobierno de muertos vivientes disfrazados de santos, pero estamos seguros que de ellos no será el reino de los cielos, pero sí el de los vivísimos.