María Kodama

Mayra Aguirre Robayo

Le he seguido al peruano escritor, cronista, periodista y ‘showman’ televisivo Jaime Bayly (1965) desde 1983 con ‘Planeta 3’, que Tc Ecuador transmitía antes de la llegada del internet. El hedonista y bisexual se naturalizó en Estados Unidos y vive en Miami. ‘Los últimos días de La Prensa’ (1996) narra desde la ficción sus días como practicante en el periodismo limeño. Tres de sus novelas fueron adaptadas al cine: ‘La mujer de mi hermano’ ‘La noche es virgen’ y ‘No se lo digas a nadie’ (1994-2004). Mario Vargas Llosa colaboró con esta novela para su publicación en Seix Barral. Y ha sido grato con él por el apoyo periodístico cuando fue candidato presidencial en1990.  Ha merecido los premios literarios: Arzobispo Juan de San Clemente, Heralde y Luces. Su obra rompe con los prejuicios homofóbicos peruanos.

Bayly en Mega News Nocturno entrevista con  sutileza a la escritora María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges y guardiana por 38 años de la obra del célebre escritor, que falleció a los 86 años. Fue una albacea kafkiana —no dudó en demandar a la ensayista argentina Beatriz Sarlo, quien manifestó que era imposible escribir sobre Borges mientras Kodama viviera—. No dejó testamento alguno; la obra borgeana será parte del bien público hasta 2056. Jaime Bayly recuerda a Kodama el ensayo ´Siete noches´ de la búsqueda de Borges sobre la filosofía budista que llega a través de su aprendizaje de alemán leyendo al filósofo Schopenhauer.

Borges se consideraba agnóstico por sus raíces familiares: su madre era católica y su padre liberal. Kodama respetó el deseo del escritor de morir en Ginebra (1986). Borges anticipó su muerte en Buenos Aires por su cáncer de hígado y continuó con su viaje a Italia sin manifestar ninguna queja. No quería que su muerte empapelara las calles de la ciudad porteña. Borges escribió inspirado en Kodama en el prólogo de Biblioteca Personal (1988): “hemos viajado por el globo de la tierra y el agua, hemos llegado a Japón, a Ginebra a Tebas”. La entrevista de Bayly topa lo cotidiano y lo grande Borges. Ese es el mérito.

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