El enemigo de la vieja política y sus intereses

José Alvear

Basta escuchar a Javier Milei para saber que el libertarismo llegó a la región para inaugurar una nueva política, apoyada por jóvenes valientes. Aquí el poder le pertenece al votante que se rebela contra el statu quo.

Se rechaza a quienes buscan saciar sus intereses y tapan sus fechorías, como en esa extraña asociación entre el socialismo y el papa Francisco, de inclinación izquierdista, quien ignora a la gente que muere en la miseria y minimiza los abusos y la corrupción de dictadores socialistas en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Hace más de tres décadas la región abraza las ideas socialistas abanderadas por el farsante Hugo Chávez, expresidente de Venezuela. Muchos cayeron en falacias como las de Eva Perón que aseguraba: “donde hay una necesidad hay un derecho”, algo irresponsable, porque las necesidades serán siempre infinitas, mientras que los recursos son limitados.

Indigna ver que en este continente —donde abundan los recursos naturales— la economía esté en ruinas gracias a la bacteria socialista, un modelo que nos chupa la sangre para enriquecer los bolsillos de los parásitos que están en el poder. Esos vividores del Estado que nos quieren obedientes y que luchan por extirpar la cultura del esfuerzo y del trabajo.

El socialismo destruye todo a su paso. En Argentina dejó una hiperinflación, en Ecuador, pobreza y miseria y en Venezuela o Cuba, una crisis social y migratoria.

Estos problemas se pueden resolver con un manejo económico libertario; con el libre mercado y el respeto a la propiedad privada. Así, el éxito individual estará siempre enfocado en el servicio eficiente al prójimo, lo que nos llevará a la prosperidad colectiva.

Debemos eliminar de nuestro vocabulario el término Justicia Social’, pues es lo más injusto que hay porque implica quitar a unos para dar a otros; a través de un robo legalizado: los impuestos. Estos recursos que nos obligan a dar al Estado implican el despojo de una parte de nuestro esfuerzo.

Es momento de que Ecuador tome una posición en la región; una posición hacia el libertarismo, como opción para salir de la pobreza y avanzar hacia la prosperidad.

¡Por menos pobreza, menos miseria, menos Estado y más libertad!