Hablo a los electores, no a los candidatos

Rosalía Arteaga Serrano

A pocos días de decidir quienes serán los nuevos asambleístas, presidente y vicepresidente de la República, hombres o mujeres que intenten enderezar el futuro de Ecuador, cuando además ya hemos oído el desgrane de ofertas, muchas de ellas carentes de fundamento y de viabilidad, ya no es necesario dirigirme a los candidatos, sino a los electores.

Somos electores quienes estamos en capacidad de votar, incluidos los jóvenes de 16 y 17 años, que tienen voto facultativo, pero deberían interesarse en el futuro de su país.

Me incluyo en el voto facultativo, porque ya no tengo obligación legal de votar, pero sí obligación moral de hacerlo.

Los electores deben reflexionar profundamente sobre la confianza, en el sentido de a quién le confío el país; asimilar a aquello de a quién le confío las llaves de mi casa, a quién le pido que cuide y trabaje el pedazo de tierra, a quién le pido que satisfaga las necesidades de educación, salud, empleo que existen en cada hogar ecuatoriano.

No debemos votar por quienes ofrecen obras desde la Asamblea, porque eso indicaría que buscarán mecanismos no éticos para conseguirlos, ya que el asambleísta no puede hacer obras, solo legislar y fiscalizar.

El voto nulo simboliza un lavado de manos, dejando que otros decidan, pero sin asumir nuestra responsabilidad.

En cuanto a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, debemos escoger a los más capaces, que no tengan juicios pendientes, que no hayan caído en dudas respecto a cómo adquirieron sus bienes, a quienes no perjudicaron a los demás  ni a los fondos públicos, a quienes hablan con sensatez de los problemas del país, de la inseguridad, el empleo, obra pública, educación y salud.

Solo cuando hagamos ese análisis a conciencia podremos ir a votar pensando en el país y no en unos cuantos intereses personales, caudillistas o de un partido.