Fuertes ondas expansivas

La Asamblea Nacional, una vez más, es el escenario en el que se gesta y ejecuta un plan de derrocamiento del régimen democráticamente elegido. Es al mismo tiempo reflejo de un momento confuso, pues vivimos un clima asfixiante de polarización política y social. Hay un aumento de radical hostilidad política, un odio partidario que amenaza con un conflicto violento.

El correísmo tomó el mando en el Legislativo y ese hecho, unido a las protestas indígenas recientes, devela que la estructura de intereses y de conflictos creada en diez años en el poder es la misma. Desde el gobierno las soluciones no se ven o no funcionan y esto aumenta la conflictividad. En este contexto, el calendario de citas con las urnas pinta complejo.

Pisamos un terreno propicio descrito en un clásico sobre el tema, ‘Técnica de un golpe de Estado’ del italiano Curzio Malaparte. Los acontecimientos se aceleran y pueden llegar a más si el gobierno no echa mano a los recursos e instrumentos legales que la Constitución pone a su alcance para defender la democracia. El hartazgo es un factor tan importante como la indignación.

Lo que se cocina en la Asamblea, donde su representación es patéticamente débil, es solo la otra parte de un plan desestabilizador y golpista con o sin guantes. El diálogo cuatripartito, en que Iza es líder visible, es el otro factor actuante. Las libertades políticas, las libertades civiles y las libertades económicas están en grave riesgo.

Esto es resultado de una estrategia de esa “izquierda”: educar de forma políticamente insatisfactoria a la población, para poder controlarla. Este es, sin lugar a dudas, un proyecto de explotación del resentimiento sobre la base de un populismo autoritario. Muy pocos presidentes se han visto ante tantos problemas internos y externos como el Presidente.

Lasso sabe de lo que se habla. No actuar en consecuencia, para una parte de la opinión pública deja el sabor de una posible y soterrada complicidad, y en otra el amargo sabor de una ineptitud disfrazada de tolerancia. Que diga algo, haga algo, que cambie algo en su estrategia de política. Cualesquiera de sus decisiones o indecisiones tendrán fuertes ondas expansivas.

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