Coeducación, proceso a medias

Fabián Cueva Jiménez

Problema, en el sentido más amplio, es definido como el asunto o asuntos que afectan al bienestar de las personas, son producidas por las propias condiciones humanas: orgánicas, biológicas, fisiológicas, psicológicas y la relación con el entorno.

Por eso, los problemas son muchos y variados; hoy se han incrementado.

Es algo así como lo que dice Edgar Morín, filósofo y sociólogo francés: “Navegamos en un océano de incertidumbres a través de un archipiélago de certezas”, en donde la educación, es una de las islas, que flota, se hunde, aparece, con movimientos inusitados que descontrolan.

El mismo intelectual sostiene que la educación se respalda en cuatro pilares: aprender a conocer, aprender a ser, aprender a hacer y aprender a vivir juntos; tema principal de este artículo.

Por lo enunciado, dejando a un lado asuntos prácticos de las clases: conocimientos, métodos, recursos, evaluación, deseamos involucramos en la naturaleza metafísica de la educación, más teórica por supuesto, pero muy importante: principios morales y éticos en las interrelaciones humanas, que a todos deberían interesarnos.

En la segunda parte de lo antedicho, ubicamos a la práctica educativa llamada coeducación o educación mixta, implementada oficialmente en Ecuador desde el año 2012 con marco legal y obligatoriedad, lamentablemente sin investigación, ni estudios, peor evaluación.

Es indispensable cimentar, seguir construyendo y consolidar este modelo en escuelas y colegios, con metodologías probadas y exitosas en otros países en donde están seguros que el desarrollo social sólo se puede alcanzar con igualdad, pluralidad, inclusión, aprendizaje más allá de las aulas, tolerancia, comunicación asertiva, elementos básicos para aumentar especialmente las fundamentales relaciones interpersonales.

El pedido tiene fondo y razones. Ciertos datos preocupan, la gran deserción escolar provocada por muchas causas: enfermedad y discapacidad, falta de recursos económicos y trabajo, desinterés por estudiar, falta de cupos, cuidado de hermanos, ayuda a padres, prematuros embarazos. Esta última, a la que nos vamos a referir más adelante, producto de esa relación seguramente no aclarada ni desarrollada en la coeducación, por varios factores.

El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) señala que Ecuador está en segundo lugar de la región en cuanto a índices de embarazo prematuro, provocando un alto número de ‘pupitres vacíos’ y por consiguiente serios problemas: interrupción de la educación formal, poca inserción laboral y productiva, pobreza, violencia, exclusión, facilidad para ingresar a lo ilícito.

La coeducación bien implementada es la solución práctica que busca el desarrollo completo de la personalidad sin la barrera del género, corrige el sexismo cultural e ideológico y la desigualdad social de la mujer, buscando integrar y estimular la convivencia bajo compromisos racionales.

A alguien escuché: “es hora de movilizar las neuronas”. Sobre esa base, investiguemos de lo que estamos haciendo con la educación mixta, pensemos charlas en colegios, campañas en TV, vallas publicitarias, capacitación a docentes, acceso a información para padres y más acciones.

La coeducación prácticamente recién comienza, está a medias, debe ser un constante repensar.