Asamblea de la vergüenza

José Alvear

Vergüenza es lo que nos hace sentir esta Asamblea Nacional de dos puntos de aprobación. Es una cloaca llena de ‘legisladores’ con penosos y vacíos discursos que parecen sacados de la basura. ¡Qué sano hubiese sido para el país que ganase el ‘Sí’ en la pregunta sobre la reducción de estos ‘distinguidos’ parásitos! Ahora, además del desastre que ya representan, aumentarán su número de 137 a 151 vagos.

Aparte de la vergüenza, causan también repugnancia. La bancada de UNES intentó, sin éxito, colocar la causal de destitución del mandatario por traición a la Patria. Pero, ¡ah!, permitir actividades irregulares en Angostura, como pasó en 2008, según sus ‘mentes lúcidas y sus corazones ardientes’, no implicó tal traición.  Ahora buscan hacer parecer a este débil y vegano Gobierno como abanderado del narcotráfico. ‘Olvidan’ que fue su partido el que promovió la salida de la Base de Manta, decisión que redujo el control frente al narcotráfico. Eso, sin mencionar la famosa valija diplomática, cuando era canciller Ricardo Patiño, llena de cocaína. UNES, lo único que une son mentiras, manipulaciones y descaros.

Imposible dejar de lado a la bancada del PSC que, con aires de venganza, olvida y desconoce su esencia, al hacer ‘equipo’ con grupos de izquierda, cuyos líderes han sido sentenciados por corrupción. Están dispuestos a todo, con tal de mantener el poder. ¡Si el ‘Rey León’ viviese, lo mínimo que les gritaría a manera de rugido sería su clásica: “inicuos”!

La Asamblea de la vergüenza, con su falta de gestión y de ética, además de la poca o nula preparación de sus integrantes, es una de las mayores responsables de la crisis que atraviesa Ecuador. En octubre de 2019 el país sufrió vandalismo y caos durante 11 días de violentas manifestaciones. Fue esta Asamblea cómplice la que concedió amnistía —con 99 de 137 votos— a 268 ciudadanos, entre ellos 60 procesados por daños y agresiones.

En junio de 2022 y tras 18 días de movilización, el país registró millonarias pérdidas que bordearon los $1.115 millones, además de unos $10 millones en daños materiales. Las inversiones extranjeras sufrieron  una reducción del 67%, pasaron de $700 millones a $51,3 millones. El Legislativo, para variar, se mantuvo en silencio y luego se dedicó a perseguir las reacciones de las fuerzas del orden. No se cansan de encarnar la vergüenza.

La única salida democrática es respetar la institucionalidad del Estado. Este Gobierno vegano y narcisista debe tomar los correctivos y cumplir su compromiso con el país: acceso a salud de calidad, educación, justicia y seguridad .

Que la Asamblea, electa para legislar, se dedique a trabajar en lugar de preparar actos dignos de un circo. El Ecuador merece más que esto. Menos Estado, más Libertad.