La reputación importa

Ana Changuín Vélez

Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a un evento de una firma especializada en la gestión de la reputación; un reflejo palpable de cuán crucial se ha vuelto este aspecto en nuestra sociedad. Este encuentro me hizo reflexionar sobre la importancia que tiene esta figura intangible, pero poderosa, en varias esferas de la vida pública y privada.

La reputación, esa delicada opinión o percepción que el público forma sobre una persona o institución, no solo define el prestigio que se le otorga, sino que también puede ser el factor decisivo en contextos políticos y electorales. Es el cristal a través del cual vemos y hasta juzgamos a los individuos, especialmente a aquellos que se encuentran en lo público.

A lo largo de la historia la confianza y la percepción han sido pilares fundamentales en la construcción de nuestras civilizaciones. Los líderes han basado su capacidad para guiar e influenciar, en la confianza que la comunidad y que su pueblo les entrega.

Actualmente, con la crisis de confianza que vivimos la gestión de la reputación se vuelve crucial. Por eso, los candidatos a la Presidencia de la República, Noboa y González se enfrentan al desafío no solo de convencer con promesas al electorado, sino de demostrar coherencia e integridad en cada uno de sus actos y palabras.

He escuchado a quienes afirman que cualquier publicidad es buena. Pero en la política esa afirmación es peligrosa y puede jugar en contra. Es preferible ser recordado por la integridad y la coherencia que por el escándalo o la desconfianza.

Aspiro que en la recta final hacia el balotaje, los candidatos reconozcan la importancia de su reputación. Cuando los ciudadanos no confían en un Gobierno, los cambios se tornan difíciles; al fin y al cabo, la reputación es lo que cimentará la confianza del pueblo en las decisiones de sus gobernantes, otorgándoles legitimidad en cada paso en el ejercicio de su cargo.

La gestión de la reputación no debe pensarse como un lujo reservado para las empresas, sino una necesidad para aquellos que buscan liderar y ser voces de cambio en una sociedad cada vez más escéptica. Nuestra realidad exige líderes que comprendan esto y actúen en consecuencia.