‘Clusters’: Posibilidades inmensas

Hace algunos años, de forma peyorativa, solía decirse que Ecuador era un país ‘exportador de postres’. Así se destacaba el carácter prescindible y frágil de la producción ecuatoriana. Sin embargo, con los años, Ecuador demuestra lo contrario: la agroexportación de productos sofisticados ofrece un mar de oportunidades que el país recién empieza a aprovechar.

Los productos básicos de consumo masivo suelen contar con mercado garantizado, pero también implican una gran cantidad de competidores, márgenes nominales y escasos nuevos consumidores por descubrir. Productos más exclusivos, como los que Ecuador produce, enfrentan una demanda creciente debido al ascenso sostenido de una creciente clase media —en lejano y medio Oriente, en India y a la que luego se podría sumar África—. Al mismo tiempo, se trata de productos en los que Ecuador goza de amplias ventajas competitivas. No importa cuánto capital o cuánto anhelo tengan potenciales competidores, las condiciones geográficas, climáticas y el patrimonio genético del país son difíciles de emular.

Salvo contadas excepciones que han enriquecido a un puñado de familias, Ecuador ha permanecido crónicamente cerrado al comercio durante gran parte de su historia. El renovado ímpetu por perseguir acuerdos comerciales y buscar nuevos mercados, se suma al esfuerzo interno por organizar ‘clusters’ productivos con gran potencial de agrupar nuevos actores, productores, creadores, empresarios y trabajadores en la exportación de bienes y servicios innovadores. Con mejoras en eficiencia de gestión, infraestructura y educación, queda claro que aún queda un gigantesco potencial por desarrollar.

El mercado mundial está dando una clara señal que el país debe saber escuchar.