Están por todas partes. Hoy los encontramos en tiendas, centros comerciales y hasta en el parque de La Carolina. Su misión es alegrar la decoración de nuestros hogares.
Sí, son los adornos de Navidad que se han convertido en elementos imprescindibles para estas fechas.
Su uso es toda una tradición para muchos, pero pocos saben que estos detalles, que sirven para adornar los árboles de Navidad, fueron creados en el siglo XVIII, por los sopladores de vidrio de Bohemia.
En una época, en que aún no se conocía la luz eléctrica, ellos crearon unas bolas de cristal que reflejaban la luz de las lámparas de velas y producían un agradable destello.
Desde entonces, aparecieron bombillos, estrellas, palomas y hasta muñecos de nieve. Todos ellos guardan una significación especial relacionada con la Natividad de Cristo, que es precisamente aquello que se conmemora en la Navidad.
A continuación, describiremos el significado de algunos de estos adornos:
Coronas
Son un signo de dignidad y poder. Se colocan en la entrada de las casas para mostrar, justamente, esa dignidad de la familia que las habita.
Pero la corona que procede del Norte (países escandinavos como Alemania), tiene además raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, forma redonda como eternidad. Simbolismos que se vieron muy coherentes con el misterio de la Navidad cristiana y que pasaron fácilmente a los países del sur.
Ángeles
Estas figuras simbolizan amor, bondad y misericordia. Los ángeles son los mensajeros entre el Cielo y la Tierra.
En esta época se conmemora la aparición del arcángel Gabriel, quien le anunció a María, que había sido escogida por el Señor para que concibiera a su hijo. Por eso, se le recuerda y se le rinde homenaje con su imagen en el Árbol de Navidad o en el Nacimiento.
Estrellas
Representan la esperanza y los ideales para alcanzar una vida mejor. Nos recuerdan a la estrella que llevó a los Reyes Magos desde Oriente hasta el pesebre donde nació Jesús.
Muérdago
Para los antiguos Druidas, que eran unos sacerdotes y magos Celtas, el muérdago era una planta mágica que utilizaban para protegerse de los rayos, la maldad y las enfermedades. También servía para ayudar a las mujeres a la concepción y hasta para hacerse ‘invisibles’. Con los años, esa creencia de poderes mágicos fue pasando de generación a generación y se cree que fueron los italianos quienes por primera vez anunciaron el poder que esta planta tiene en el amor. Según la leyenda, en época de Navidad si te encuentras debajo de un muérdago deberás darle un beso a la persona amada para que corras con mucha suerte y amor eterno.
Botitas, medias o calcetines
La leyenda dice que el Viejo Pascuero vio muy triste a un campesino en su humilde hogar y le tiró por su chimenea una reluciente monedita de oro y ésta cayó en su media roja que estaba colgada cerca del fogón. La primera mención que se hizo de estos elementos de Navidad fue a finales del siglo XIX, cuando el ilustrador Thomas Nast las retrató en alguna de sus obras pictóricas.
Por ello dejamos nuestras botitas con la alegórica esperanza que Papá Noel deje caer alguna monedita en la bota de alguno de nosotros.
Manzanas
Las manzanas, casi siempre de color rojo, representan un elemento mágico dotado de capacidad propiciatoria para lograr la abundancia de todo aquello que nos es imprescindible: salud, dinero, paz y amor.
Los colores de la Navidad
El verde es el color que tiene el árbol de Navidad y el rojo es característico de Papá Noel. Estos colores se conjugaron para simbolizar el nacimiento de Cristo y la llegada de días llenos de felicidad y regalos.
Piñas
Representan la inmortalidad y son un signo de esperanza en el futuro.
Campanas
Para los cristianos hacen un recordatorio a la oración y la meditación.