La página de Arturo

Cada enero Arturo Coral Folleco visita Ipiales para disfrutar de los Carnavales y recoger material gráfico.
Cada enero Arturo Coral Folleco visita Ipiales para disfrutar de los Carnavales y recoger material gráfico.

Ipiales, La Hora

Nadie entendía cómo un hombre que nació al interior de una tribu aborigen, refundida en lo más hondo de la selva amazónica, estaba estudiando un doctorado de Ciencias Biomédicas en la universidad más prestigiosa de París.

Sin embargo, Arturo les explicaba con insistencia a sus compañeros europeos que Ipiales no era un caserío de chozas donde los hombres andaban con taparrabos y las mujeres con las tetas al aire, sino una pequeña población donde habían calles asfaltadas y conocían el uso del televisor. Pero nadie le creía. Todos seguían imaginando que Arturo provenía de un mundo primitivo.

Fue durante una temporada de vacaciones que se le ocurrió una idea genial y sencilla para demostrarles la verdad. Había viajado a Ipiales para visitar a su familia, pero decidió aprovechar el tiempo para tomar muchas fotografías que luego mostró a sus compañeros europeos. Todos quedaron más impresionados de lo que estaban. No podían creer que en el mundo existiera una catedral tan hermosa como Las Lajas, y mucho menos que hubiese sido construida sobre un abismo, en contra de toda esperanza arquitectónica. No podían creer que existieran paisajes tan abrumadores y edénicos como los andinos, cuyas montañas no estaban cubiertas de nieve sino de árboles con follajes de mil colores. En fin, los europeos comprendieron que Arturo no provenía de un mundo primitivo, sino que en realidad provenía de otro mundo.

La página
Arturo ni siquiera imaginaba que aquellas fotografías que llevó a Paris, y que guardó celosamente en un gran baúl, serían el inicio del archivo de imágenes más grande de la frontera colombo ecuatoriana.

Lo único que le interesaba en aquellos años, inicios de los ochentas, era profundizar sus conocimientos sobre una red satelital, utilizada solamente por la comunidad científica para el desarrollo de temas muy especializados, y utilizada también de manera clandestina por los militares para transmitir secretos de guerra.

Fue así como en 1993, cuando la red dejó de ser privada y se autorizó su uso masivo, y empezó a ser llamada como La Internet, Arturo era todo un especialista en la materia. De hecho, fue el primer colombiano, y uno de los primeros en toda Sudamérica, que montó una página en la web. La temática que escogió (como buen ipialeño) fue la catedral de Las Lajas.

En aquel tiempo ya había finalizado sus estudios de doctorado en Ciencias Biomédicas. Ahora se encontraba en Nueva York ejerciendo su profesión.

Desde ahí, Arturo empezó a mejorar cada día su página: incluyó textos de algunos de sus compatriotas, mostró fotos de otros sitios turísticos, anunció eventos como los Carnavales de Blancos y Negros, y publicó reseñas históricas y biográficas de los principales personajes de la frontera.

Hoy en día, doce años después, su página tiene tanta información de la frontera que es un sitio obligatorio para todas las personas que quieran adelantar investigaciones sociales, culturales, geográficas o históricas de esta región.
Además de eso, diariamente, desde su casa en Nueva York, Arturo le anexa las noticias que se publican sobre la frontera colombo ecuatoriana en todos los diarios del mundo.

Sin embargo, uno de los aspectos más importantes es el material gráfico que expone. Hay decenas de imágenes que muestran los paisajes más lindos y también el diario vivir de las personas en la zona fronteriza. Son algunas de las miles de fotografías que Arturo ha tomado con el propósito inicial de mostrarles a sus amigos europeos y luego a los norteamericanos que Ipiales no es una tribu aborigen. Pero que ahora quiere empezar a sistematizar para convertirlas en el archivo de imágenes más grande de la frontera colombo ecuatoriana.

La desidia
www.ipitimes.com, la página de Arturo, recibe diariamente en promedio más de ocho mil visitas. La mayoría, según el control de registro, son efectuadas desde Estados Unidos y Europa. Muy pocos colombianos, y casi ningún ipialeño, visita la página de Arturo.

Eso se debe a que Ipiales aún carece de un sistema que permita visitar de manera ágil las páginas que tienen tanta información. Sin embargo, lo más probable es que se trate de un síntoma de desidia y desinterés hacia lo propio.

“A mí al fin de cuentas lo que me interesa es difundir en todo el mundo mi cultura, mi gente y mi región”, dijo Arturo.

Decenas de turistas llegan a los Carnavales atraídos por las fotos que aparecen publicadas en www.ipitimes.com,
Decenas de turistas llegan a los Carnavales atraídos por las fotos que aparecen publicadas en www.ipitimes.com,