Distanciamiento social intermitente: ¿por qué se habla de implementarlo hasta 2022?

AISLAMIENTO. Expertos recomiendan implementar períodos de aislamiento cada cierto tiempo para evitar el colapso del sistema sanitario. (Foto: Getty Images)
AISLAMIENTO. Expertos recomiendan implementar períodos de aislamiento cada cierto tiempo para evitar el colapso del sistema sanitario. (Foto: Getty Images)

Frente a los grandes desafíos que plantea la pandemia de Covid-19, los expertos evalúan estrategias para hacerle frente a corto, mediano y largo plazo. Una de las grandes incógnitas que existen es si se logrará erradicar, como sucedió con la epidemia de SARS de 2003, o si el microorganismo será parte de los tantos virus con los que la población convive.

Dos de los frentes de batalla de la ciencia ante el coronavirus son hallar los fármacos para tratar la enfermedad y la búsqueda de una vacuna. Mientras eso se consigue, las medidas de distanciamiento social son claves para frenar la propagación del virus y reducir su impacto en los sistemas de salud.

Un modelo teórico de distanciamiento social lo analizó un grupo de investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. En el caso de Estados Unidos, uno de los países más golpeados por el coronavirus, los autores exploran varios escenarios, entre ellos el de establecer periodos de distanciamiento social intermitente que pudieran extenderse hasta 2022.

Vigilancia permanente

En un estudio publicado en la revista especializada ‘Science’, los autores indican que «es urgente entender el futuro de la transmisión del Covid-19”. Teniendo en cuenta distintos factores (como la estación del año y la inmunidad), los científicos analizan posibles escenarios de propagación del virus hasta 2025 y hacen varias estimaciones:

«Proyectamos que los brotes recurrentes de Covid-19 durante el invierno probablemente ocurrirán después de la onda pandémica inicial más grave», señalan.

Para evitar que una segunda ola o resurgimiento del brote tenga un impacto dramático -reflexionan- «el distanciamiento social prolongado o intermitente podría ser necesario» hasta 2022.

El robustecimiento de los sistemas de atención médica, así como también el desarrollo de terapias efectivas contra el virus, «mejorarían el éxito del distanciamiento intermitente y acelerarían la adquisición de la inmunidad colectiva«.

Así mismo, los autores plantean la necesidad de realizar “con urgencia estudios serológicos longitudinales para determinar el alcance y la duración de la inmunidad al Covid-19. Incluso en el caso de una eliminación aparente, la vigilancia debe mantenerse ya que un resurgimiento del contagio podría ser posible hasta 2024«.

¿En qué consiste?

Uno de los planteamientos claves de los autores es qué pasará cuando las cuarentenas se empiecen a levantar. “Cuando el distanciamiento social se relaje, puede producirse un intenso brote invernal, que se superponga a la temporada de gripe y supere la capacidad de atención de los hospitales”, explican.

Para el doctor Fernando Rodríguez, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), es importante tener en cuenta que: “(Lo que plantean) es que la forma más práctica de controlar la epidemia, de hacerlo lo antes posible, con los menores costes para la sociedad y, sobre todo, protegiendo los sistemas sanitarios, es confinarnos durante un tiempo”, para luego relajar las medidas y permitir que intencional y controladamente “aumenten las infecciones”.

“Eso permitiría que las personas fueran poco a poco desarrollando la inmunidad del rebaño y, cuando los contagios fueran muy altos, volvernos a confinar y así sucesivamente”, señala.

El método permitiría que la gente llevase una vida relativamente normal y que la actividad económica se reanudase, al tiempo que se generaría la inmunidad colectiva, también llamada inmunidad de rebaño. Ese concepto hace referencia a cuando un número suficiente de individuos de una población adquiere inmunidad contra una infección y, al desarrollarla, detiene eficazmente su propagación.

En el contexto actual, la inmunidad no se daría a través de una vacuna, sino de tener la enfermedad: más gente se infecta, más gente se recupera y se vuelve inmune. Eso ayudaría a crear una resistencia y los brotes irían disminuyendo, dicen quienes apoyan esta teoría.

“Poco a poco nos iríamos contagiando y con 60%, 70% de la población infectada, recobraríamos rápidamente la normalidad”, explica el profesor de la institución española. (BBC/AA)