Educación en tiempos de crisis

La pandemia que acosa y asola a la humanidad está afectando a todos los países. Frente a ella no existe la neutralidad como en el caso de las guerras, inclusive las denominadas mundiales, en las que algunos países tomaron la decisión soberana de no participar.

Frente al coronavirus se tienen que tomar medidas. Así como se protege la salud, los gobernantes deben proteger otros bienes, como el trabajo, la economía, los servicios básicos. Entre esos bienes, está el derecho a la educación.

Sabemos que en Ecuador, desde hace más de un mes, los niños no asisten a clases de manera presencial. Se han habilitado plataformas y se usan mecanismos virtuales. Pero también, en medio de esta crisis, sobre todo en países como Ecuador, no puede dejar de pensarse en el bolsillo de los padres, que además ya son afectados por la carencia de trabajos y disminución de salarios.

El caso se vuelve clamoroso cuando los establecimientos no son sensibles frente a esas situaciones: ¿Cómo se pueden seguir cobrando estipendios por transporte o por lunch o por clases extracurriculares, si estos servicios no se están prestando?

¿Cómo pueden cobrarse pensiones de niños que están en el preescolar, si es casi imposible que ese seguimiento se mantenga a distancia? ¿Cómo seguir cobrando las mismas pensiones, en algunos casos extremadamente caras, si no se presta el mismo servicio que en los casos presenciales?

Entendemos que los colegios y escuelas privados tienen que seguir pagando salarios, pero también seguramente sus cuotas de luz, de agua, de internet y otras, han bajado sustancialmente.

Es hora de reflexionar y actuar con propiedad, con un pensamiento de solidaridad.

[email protected]